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Los pasaportes de inmunidad están generando controversia en todo el mundo, la OMS recomienda cautela al respecto, y el comité científico que asesora al ... Gobierno sobre la pandemia ha concluido que este documento no debería estar permitido en España.
Los pasaportes o certificados de inmunidad se basan en la idea de que si una persona tiene anticuerpos contra el coronavirus, no volverá a contraer la infección y no podrá contagiarla a otras personas. El pasaporte serviría, partiendo de esa base, para que su titular pudiera trabajar, viajar o disfrutar de actividades de ocio sin temor de ser causante de rebrotes, incluso sin necesidad de cumplir con las normas de seguridad impuestas como prevención por las autoridades.
Sin embargo, es posible que la premisa de partida sea falsa. La OMS advierte que, por el momento, no existe ningún estudio que haya evaluado que la presencia de anticuerpos del SARS-CoV-2 inmuniza a la persona portadora frente a una segunda infección de este virus. Recuerda además que la inmunidad frente a un patógeno es un proceso complejo, que depende de cada persona. No existe de momento suficiente evidencia científica que garantice la inmunidad del portador del pasaporte inmunológico.
Otra objeción que se le pone al documento es la escasa fiabilidad de algunos de los test de anticuerpos contra el coronavirus. Los test rápidos, los que utilizan una pequeña muestra de sangre tomada del dedo, tienen un porcentaje relativamente elevado de falsos positivos y negativos. Además, tampoco está claro que estos test discriminen entre el SARS-CoV-2 y los otros seis coronavirus que infectan al ser humano, cuatro de los cuales provocan un importante porcentaje de los resfriados comunes cada año. Una persona con un falso positivo podría disponer del pasaporte inmunológico, y llevar a cabo comportamientos descuidados o temerarios en la creencia de que no podría contraer ni contagiar la covid-19.
Donde la OMS predica cautela, el comité asesor del gobierno español rechaza su uso por ser ineficaces y discriminatorios. No se limitan a las objeciones técnicas, que las valoran, sino que se preocupan por las implicaciones éticas de estos certificados, y no son los únicos: especialistas estadounidenses y canadienses se han posicionado en contra de estos pasaportes en artículos publicados por The Lancet y Nature, también por motivos éticos.
Si el motivo técnico es más que suficiente para valorar negativamente este pasaporte, es tranquilizador saber que entre quienes nos administran hay personas que se preocupan por la ética, porque en esta situación no sería extraño ceder a la tentación de incrementar el control sobre la población, y autorizar estos certificados podría ser un primer paso en ese sentido.
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