El Patatal y el hospital de Cruz Roja

Este humedal, en la proximidad de las riberas del Saja-Besaya, completará poco a poco el denominado 'Parque de las Tablas'. Con su embarcadero, arbolado ... y vegetación llegará a ser uno de los espacios verdes más amables del entorno de la ciudad. El paso del tiempo rejuvenece nuestros recuerdos, y, como si fuera la famosa Magdalena de Proust, algo así me ha ocurrido estos días con 'El Patatal'. Seguro que muchos torrelaveguenses aún recordarán que allí muchos escolares practicaban algunos deportes, y entre ellos el béisbol. Nuestro hijo menor, Juanjo, integrado en un equipo lo practicaba, y al parecer -así opinaba su entrenador- llegaría a ser un excelente bateador. Por mi parte, desconocía el reglamento, pero sí recuerdo que cuando regresaba a casa, después de un partido en aquella cancha, casi entraban ganas de meterlo en la lavadora con ropa y zapatos. Entre el béisbol y la farmacia, eligió lo segundo. Satisfacción compartida: al menos era más aséptico. Tiempos felices. Revivimos al evocar nuestro pasado: en la calle Juan XXIII el que fue Hospital de la Cruz Roja marcó una época. Como responsable de Sanidad formé parte de la Junta de Gobierno del Hospital, siendo testigo del entusiasmo de su fundadora, Dª Mª Jesús Ruiz-Capillas, y el de sus directores, los doctores Terán, Almazán y Álvarez. Recuerdo el empeño del Dr. Terán por conseguir una bomba de cobalto para tratar a los enfermos de cáncer. Con la medicina nuclear muy pronto paso a ser historia. Hasta la inauguración del Hospital Sierrallana en 1994, este hospital, junto con la Clínica Alba y el Sanatorio del Carmen, cubría la asistencia de urgencias y hospitalaria de la comarca del Besaya. Para lo bueno -y lo 'no tan bueno'- hoy es utilizado como centro de acogida y prestación de servicios sociales; su impacto en un barrio tan céntrico obliga a replantear sin más demora el futuro de esta edificación.