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Patria, qué palabra tan contundente. Inspira respeto o temor, depende de quién la pronuncie. El próximo domingo la palabra volverá a irradiar emociones. Se estrena en HBO la adaptación de la novela de Fernando Aramburu que narra la vida de dos familias vascas ... con el virus de ETA infectando el aire de las calles. María, nacida y criada en el barrio bilbaíno de Uríbarri, está pendiente del estreno de la serie. Me confiesa que la novela ha sido la lectura que más le ha impresionado, porque vivió aquellos tiempos de represión ideológica. Los dos bandos se definieron también en su barrio: los que alentaban la 'lucha armada', generalmente maquetos acomplejados que querían demostrar que eran más 'euskaldunes' que nadie, y los que simplemente querían vivir en paz y callaban para no recibir un disparo en la cabeza.
En esa convivencia de intolerantes y humillados, cuántas víctimas se han dejado en la cuneta. Y qué difícil es llegar a una reconciliación con manos ensangrentadas y sin arrepentimiento. Hay quien piensa que las heridas se curan con el recuerdo del franquismo y el olvido del terrorismo, pero es mentira. Las heridas cicatrizadas no necesitan abrirse de nuevo, mientras que las más recientes son las que necesitan cuidados.
Hoy los defensores de ETA, aunque desarmados, siguen con su locura e intransigencia en las instituciones democráticas. Por eso no entiendo a este Gobierno cuando le cambia a Bildu un plato de lentejas presupuestario por la primogenitura de la dignidad. Pero ahí está, al lado de los herederos del terror que no condenan la violencia. Es cierto que ya no hay asesinatos, como los de Ernest Lluch, pero se sigue alentando a los intolerantes contra las personas de paz. Se ha negociado el acercamiento de presos para que las familias de los verdugos acomoden sus visitas. Irán a El Dueso, para ver, por ejemplo, a una de las asesinas del que fuera socialista y rector de la UIMP.
Pero las otras familias seguirán visitando a los suyos en el cementerio, entre más tiroteos de humillación de una patria callada y sin memoria.
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