Pedro, Pablo y nosotros

Cantabria positiva ·
Atropar inversiones efectivas, seguir alineados con los forales en Sucesiones, y cuidar las industrias en apuros son las máximas expectativas de Cantabria

Juan Luis Fernández

Lunes, 18 de noviembre 2019, 08:53

Coaligarse con Pablo no es una gran noticia para Pedro. Si Pablo refulge, pondrá en riesgo el liderazgo socialista en la izquierda; y si descarrila, España culpará a Pedro por haberse abrazado a Pablo. Por otro lado, este no es lerdo y cualquier intento de ... mediatizarlo o mediocrizarlo será respondido con la crisis de la coalición. El 'Manual de resistencia' también se lo han leído este verano al borde de la piscina de Galapagar. Hay el hacer de necesidad virtud, y a veces, simplemente, el no hacer la necesidad más grande.

El futuro Gobierno tiene ante sí dos aporías morrocotudas. La primera: realizar una política de gasto alegre sin quemar los fundamentos empresariales de la nación por el lado de los ingresos. Para Robin Hood es fundamental que los cofres de Nottingham pasen por su bosque y no den un rodeo por Irlanda. Si no, Sherwood corre riesgo de deforestación. La segunda: romper el frente independentista catalán sin romper el frente constitucionalista español y hacer el remedio peor que la enfermedad. Hay que domesticar a Esquerra Republicana sin asilvestrar a Ciudadanos y al Partido Popular. Puigdemont y Abascal quedarían en 'offside' si esto se logra, pero parece la cuadratura del círculo, y requeriría quizá un Gobierno de ERC en la Generalitat en coalición con el PSC y los comunes. ¿Cuál es el precio de Junqueras por romper con la 'rauxa' disparatada que él mismo ha atizado? ¿No pasaría de mártir a traidor, al revés que el personaje de Zorrilla, un fingido pastelero abulense, en realidad el rey Sebastián de Portugal, que pasa de traidor a inconfeso y mártir?

Para Cantabria, hay tres puntos importantes. El primero, atropar inversiones efectivas que dinamicen ya su economía, y no estudios y más estudios para no hacer nada ni a corto ni a medio plazo;tenemos ya tantos estudios que esto parece Oxford. El segundo, preservar su posición actual alineada con Madrid, los vascos y los navarros en impuestos de Sucesiones y Donaciones. En una región de pequeños propietarios, cualquier alteración de esta situación pasará factura económica y, no lo dude el Gobierno autonómico, política. Decía Maquiavelo, que era bastante maquiavélico, que antes olvida un hombre la muerte de su padre que la pérdida de sus bienes.

Y tercero: el conjunto de las políticas ecológicas, sociales y fiscales debe ser lo bastante graduado como para no rematar a nuestras industrias desmejoradas, que son unas cuantas y muy importantes. Habrá que conceder cien días de cortesía a los que se sacrifican por nosotros y abnegadamente aceptan mandarnos.