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Vivir es luchar. Luchar es vivir. Una de nuestras contiendas más encarnizadas, aquí y ahora, es la que libramos contra el covid-19. La crisis económica y la amenaza del comunismo son otros enemigos, no pequeños, que acechan desde el otro lado de la colina.
Las elecciones que celebrará la Comunidad Autónoma de Madrid el próximo 4 de mayo representan la oposición entre dos modelos políticos y económicos totalmente diferentes. El modelo madrileño actual se basa en la libertad económica, los impuestos bajos y la eficiencia en el gasto. Es por ello que Madrid tuvo un crecimiento del 4,4% en el último trimestre de 2020, frente al 0,4% de la economía española en su conjunto. Por eso, también, Madrid arroja déficit cero en 2020.
Frente a este modelo, se presenta la alternativa de la intervención económica, los impuestos confiscatorios y el despilfarro público. Por norma. Independientemente de la evolución de los acontecimientos. Este modelo prevalece hoy en el Gobierno de España y está llevando a la destrucción de nuestro tejido económico.
Así, mientras el Gobierno de Sánchez e Iglesias naufragaba en la gestión de la pandemia tragado por un mar de burocracia, inoperancia y dejadez, Isabel Díaz Ayuso puso en marcha el hospital de Ifema, alabado por la OMS y por la presidenta de la Comisión Europea. A más, en solo tres meses construyó el hospital público 'Enfermera Isabel Zendal', con 1.000 camas y 50 UCI.
Madrid logró 24 aviones con 1.200 toneladas de material sanitario. Fue la primera comunidad en dar dos mascarillas FFP2 a cada madrileño (cuatro para los mayores de 65 años), adquirir respiradores, hacer test de antígenos y proponer la realización de test en farmacias.
Nuestra civilización occidental es lo que es, en parte, gracias a que los hoplitas atenienses cargaron contra el ejército persa y lo derrotaron en la llanura de Maratón, en 490 a. C. Esta batalla simboliza el triunfo de la libertad preconizada por el sistema político democrático de Atenas frente al despotismo de Persia, un gran imperio regido autocráticamente por el Gran Rey, Darío I. Pelearon por la libertad, no porque se lo ordenaran. En parte, ganaron por eso.
Aquí y ahora, y como en aquella feliz ocasión maratoniana, los ataques del Gobierno de Pedro Sánchez a Madrid han sido tan reiterados como ineficaces. El modelo de Isabel Díaz Ayuso promueve la prosperidad. Básicamente, porque no le mete la mano en la cartera al ciudadano. Madrid tiene la fiscalidad más baja y competitiva de nuestro país, alcanzando un ahorro de cerca de 53.000 millones de euros en impuestos a todos los madrileños, cuya renta per cápita está 9.500 euros por encima de la media española.
Lo que Sánchez no puede soportar es que cada medida que toma Ayuso es la demostración de que se puede gobernar respetando la libertad y lograr mejores resultados. Por eso quiere castigar a Madrid, para que los españoles no vean tan claro que su gobierno es un desastre.
De los desvaríos de opereta del presidente de Cantabria opinando sobre Madrid es mejor no hablar. Hacerlo es dar cancha a un personaje que cambia de opinión como de chaqueta y que se escuda tras su socio de gobierno para no tomar decisiones. Pero dicho queda. La mejor respuesta a su demagogia es otro dato: Madrid, «el rompeolas de todas las Españas», aporta el 68% del fondo de solidaridad de la Comunidades Autónomas. Las elecciones madrileñas son un nuevo maratón. Cada votante ha de decidir con qué ejército quiere combatir. Y en defensa de qué valores.
Votar a Ayuso es apoyar a la democracia. A la libertad. A la prosperidad. Las políticas de la Comunidad de Madrid han sostenido 300.000 empleos desde la asunción del mando de la gestión de la pandemia. Es la economía que más crece (4,4%), diez veces más que la media nacional, y la que más empleos crea desde septiembre (+102.000), gracias, en buena medida, a su política de apertura de la hostelería y comercio.
Votar a la izquierda que se alía con el neocomunismo es apostar por el totalitarismo; por la dictadura de la neo casta política; por el fracaso de unos partidos políticos que han llevado a España a ser el país de Europa que más empleo ha destruido durante esta crisis. Según el FMI seguiremos siendo líderes en paro en 2022, sólo superados por... Venezuela.
Y quedarse en casa y no votar es hacer lo que hicieron los espartanos: no acudir a la batalla alegando una excusa.
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