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Que la temporada iba a acabar mal para el Racing era evidente casi desde los primeros compases pero, ¿realmente era necesario que fuera de esta manera? Porque mira que este club nos tiene acostumbrados a los disgustos, pero hay cosas peores que el fracaso.

Obviamente, ... la rajada de Aritz Solabarrieta no era de recibo, por mucho que su desahogo nos pueda resultar comprensible. Y no le falta razón en su lamento de que las tres derrotas consecutivas con que debutó le condenaron ante el racinguismo, con lo que sus méritos han quedado en un segundo plano. Aun así, su paso por el Racing supone el salto al profesionalismo y, con el asesor de márketing adecuado, hasta podría apuntarse un 'ascenso' en el currículum, de modo que su agradecimiento al Racing tiene que ser sincero, a la fuerza. Otro asunto es cómo quedará su imagen después del ajuste de cuentas en la despedida. ¿Es un profesional íntegro que denuncia una situación indigna? ¿O un empleado de dudosa «catadura ética», como deslizan en un comunicado oficial los empresarios que dirigen el club?

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eldiariomontanes Peor que el fracaso