Pepe, no son burros

Pepe, ¿pero dónde te metiste? Menudo susto que nos has dado, todo el mundo buscándote y tú ahí pastando tranquilamente en Ojébar, ajeno al dispositivo ... que activaron tus dueños para encontrarte. Si yo te entiendo, a veces es necesario resetear, hacer una pausa para coger impulso antes de seguir. Equilibrio. Y más en tu caso, Pepe, con la mala publicidad que habéis tenido siempre los burros. ¡Qué injusticia! Tanta gente creyendo que os imitan cuando vosotros no sois así, nunca 'hacéis el burro', sois mucho más inteligentes que vuestros impostores. ¿Quiénes? Por ejemplo, los falsos burros que son capaces de convertir los fines de semana en batallas campales amparándose en los colores de sus equipos de fútbol. No hay que ir muy lejos. Los tenemos aquí, al lado. «Hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre. Son delincuentes, no racinguistas», dice el presidente del club. Unos «impresentables», añaden las peñas. O los falsos burros que en un arrebato de locura te cogen un hacha para amedrentar al vecindario y obligan a la Policía a disparar al aire para que se le pase la locura de inmediato. O aquellos que son capaces de apuñalar a una agente fuera de servicio cuando interviene después de que hayan asaltado un comercio en Santander.