Pérdidas colaterales

Este repunte de casos por dichas enfermedades estaría relacionado con la prioridad concedida a los pacientes contagiados por el coronavirus a raíz de la pandemia. Por ese motivo, las campañas de prevención y los tratamientos contra estas dolencias se han visto interrumpidos, ya que los recursos que tenían asignados se han empleado para tratar la covid-19.

El Fondo Mundial para la lucha contra el VIH/Sida, la tuberculosis y la malaria ha publicado los últimos resultados de sus encuestas cualitativas quincenales en los más de cien países en los que invierte, y concluyen que más del 70% de los programas contra estas enfermedades se están interrumpiendo. El estudio advierte que, en los países subdesarrollados o con más tendencia a estas afecciones, el impacto por estas enfermedades podría tener la misma magnitud o peor que la pandemia del coronavirus, mientras que en los países desarrollados el impacto sería menor.

También se afirma que los países más afectados tradicionalmente por estas enfermedades podrían ver cómo los logros obtenidos en los últimos años retroceden a su punto de partida, por lo que advierten de la necesidad de más recursos y una acción decisiva para minimizar no solo el impacto de la covid-19, sino también la del resto de las enfermedades. Al mismo tiempo, el Fondo Mundial informa de la falta de recursos económicos para combatirlas.

Por ahora, ha repartido 700 millones de euros entre los países más vulnerables para afrontar la pandemia, pero desde la propia organización afirman que sus fondos de emergencia se agotarán a finales de septiembre, y advierten que serían necesarios más de 3.000 millones de dólares para recuperar la situación anterior al coronavirus, y podrían ser el doble o el triple si la tendencia sigue así.

Esto debería preocuparnos, porque las emergencias sanitarias nos acaban afectando a todos.