Perro del infierno

PENSANDO CON CIENCIA ·
De acuerdo con los primeros informes, la variante B.Q.1 se caracteriza por su rápido crecimiento

Fernando Calderón

Martes, 29 de noviembre 2022, 08:52

Para empezar, el nombre resulta de lo más alarmante. Hablamos del 'perro del infierno', la última variante del coronavirus que amenaza con hacerse dominante y acaparar la mayoría de los contagios a corto plazo. Y si nos quedamos en el nombre, parece que amenaza con ... sufrimientos, dolores y muertes sin fin. Nada más lejos de la realidad, que sepamos.

La denominación oficial de esta nueva variante es B.Q.1, alarmante para nada, pero desde su aparición en Alemania, la imaginación popular y la capacidad de viralización de las redes sociales han dado como resultado este 'perro del infierno'. Mucho menos alarmante hubiera sido que se hubiera popularizado el nombre de 'Cancerbero', figura mitológica a la que alude.

¿Por qué este nombre? En la mitología griega, Cancerbero era el perro del dios Hades, tenía entre tres y cincuenta cabezas, en función de las fuentes consultadas, y protegía las puertas del infierno como guardián para que los muertos no pudieran salir y los vivos no pudieran entrar.

De acuerdo con los primeros informes, la variante B.Q.1 se caracteriza por su rápido crecimiento, su rápida transmisión y una mayor capacidad de contagio que sus predecesoras. De ahí la relación metafórica con el guardián de Hades: según temen los expertos, será muy difícil escapar de ella. De acuerdo con el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, se espera que, entre mediados de noviembre y principios de diciembre de 2022, más de la mitad de infecciones se deban a BQ.1 y BQ.1.1, estrechamente relacionada con la anterior. Porcentaje que subirá por encima del 80% para comienzos de 2023.

No hay evidencias de que la nueva variante tenga síntomas más graves, es una mutación de la Ómicron, y, por lo tanto, se espera que los síntomas sean similares, con la única particularidad de que esta cepa es mucho más contagiosa que las anteriores. De momento, algunos de los síntomas más comunes son: dolor de cabeza, afonía, fatiga, estornudos y secreción nasal. Todavía no se sabe la capacidad de protección de las vacunas contra ella, pero dado que la variación entre las distintas mutaciones acostumbra a ser muy pequeña, se espera que la protección de las vacunas sea la misma que frente a la ómicron.

La OMS ha venido bautizando con nombres alfanuméricos a las variantes del SARS-CoV-2 y, si bien reconoce que algunos científicos han utilizado términos más coloquiales para referirse a distintas variantes, nombres como 'perro del infierno' o 'Cerbero' no deben ser utilizados por las autoridades de salud pública, ya que solo contribuyen a generar confusión.