Pesimistas y optimistas

Como la de Carlos Estévez, neurólogo que ha coordinado los ensayos clínicos en el University College de Londres. Este investigador espera que a finales de año estén producidas las dosis para toda la población europea, o para buena parte de ella, aunque todavía está por ver si es eficaz y segura para administrarla a todas las personas. Si se consigue, en su opinión, toda la población europea, o una parte significativa, podría estar vacunada a finales de 2021. Además, ha sorprendido declarando que quizás sería más eficaz vacunar primero a la gente joven, para conseguir una inmunidad de rebaño a través de ellos, ya que las personas mayores tienen más posibilidades de tener efectos adversos y una respuesta inmunitaria menor. Sobre los ensayos clínicos que coordina, asegura que no han aparecido efectos secundarios a corto plazo en las 10.000 personas que han recibido el fármaco, lo que transmite más eficacia, seguridad y tranquilidad.

Sirva de contraste la opinión de Nacho de Blas, epidemiólogo veterinario de la Universidad de Zaragoza. No olvidemos que el coronavirus es una zoonosis, una enfermedad que ha saltado de animales al hombre: hace muchos años que los veterinarios se enfrentan a enfermedades provocadas por coronavirus. El principal problema sanitario de gallinas y pollos es un coronavirus, la bronquitis infecciosa aviar, activa desde 1930. Avisa de que los anticuerpos duran de seis a doce meses en el mejor de los casos, y que las vacunas son poco eficientes y muy complejas. Por ejemplo, todas las que había registradas para perros se han retirado del mercado. De Blas afirma que las vacunas por excelencia son las atenuadas, hechas a partir del propio virus, manipulado para evitar que se comporte de forma agresiva; esas vacunas tienen todas las armas, pero actualmente no hay ninguna en desarrollo. Mientras no haya una vacuna efectiva, es partidario de tomar medidas drásticas frente al coronavirus; principalmente, confinamientos selectivos.

En todos los casos se trata de opiniones personales, algo lógico, dado que nuestro conocimiento del coronavirus todavía está lleno de lagunas. Leyéndolas, parece complicado que la primera vacuna que llegue al mercado sea 100% efectiva y arregle el problema de un plumazo. Huyendo del optimismo injustificado tanto como del pesimismo apocalíptico, si seguimos poniendo de nuestra parte, y además se consigue una vacuna que funcione como la de la gripe, puede ser suficiente para ir sorteando el problema, minimizando los efectos de la enfermedad, hasta que se consiga la solución definitiva con tiempo y trabajo.