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Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nuestra Asociación para la Ayuda a las Mujeres con Cáncer de Mama (Amuccam) se suma a la defensa de la igualdad y denuncia todo acto de violencia contra las mujeres. Recordamos a ... las víctimas de la violencia de género y condenamos a los autores y cómplices de esa violencia. Nadie debiera facilitar retrocesos en lo conseguido y cuestionar el trabajo para erradicar esta cruel realidad. Defendemos que se implementen las acciones necesarias en los ámbitos de la prevención, la sanidad, la educación, la seguridad, la justicia, la protección y la reparación del daño.
Recordamos a las hermanas Mirabal, mujeres dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por el dictador Rafael Leónidas Trujillo, por ser mujeres y opositoras a aquella dictadura y tenemos presente la Declaración de la ONU de 1993 donde se define este tipo de violencia como «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada» y en recuerdo a las hermanas Mirabal, el 17 de diciembre de 1999 Naciones Unidas declaró cada 25 de noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Esa fecha nos sirve para reflexionar y renovar esfuerzos para luchar contra esta vulneración de los derechos humanos y nuestra asociación se une a ese esfuerzo y condena la violencia física, sexual o psicológica contra la mujer. Las mujeres con cáncer de mama defendemos la igualdad como un objetivo de progreso y expresión de compartir los mejores valores del ser humano.
Las desigualdades alimentan la violencia y trabajar por la igualdad es denunciar la violencia de género; defender una educación inclusiva que fomente la responsabilidad; apoyar una justicia que evite la impunidad y actuar contra la discriminación, el miedo, la subordinación y el acoso. Cuando se maltrata o se asesina a una mujer, nos maltratan y asesinan a cada una de nosotras.
Nosotras no hemos generado motivos para ser víctimas y no debemos pedir perdón por ser mujeres. La violencia machista no tiene cabida en la sociedad que aspiramos a ser, ni en la democracia que queremos consolidar. Eliminarla de nuestras vidas y proteger a las víctimas no es una opción, es una obligación. Tenemos derecho a vivir en libertad y a que nuestras vidas no estén en peligro por ser mujeres. Nos sentimos obligadas a mantener el proceso liderado por tantas mujeres y organizaciones que defendieron nuestros derechos y libertades en el pasado. Nos sentimos herederas de aquellas que crearon conciencia de lucha contra la violencia y el maltrato hacia las mujeres. Queremos sumar para compartir una sociedad más justa, libre, equitativa, solidaria e igual.
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