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Pidamos tiempo

UN CAFÉ ·

Marta San Miguel

Santander

Viernes, 2 de diciembre 2022, 07:27

El calendario de adviento llevaba varias semanas en el armario donde están las cosas que no tienen un sitio definido. Este jueves lo sacamos, retiramos el plástico que lo envolvía, y entre los 24 números que tiene escritos, apretamos la pestaña del 1 para sacar ... un pedazo de chocolate. La cara de un perro de la Patrulla Canina con gorro de Papa Noel dio la bienvenida oficial a la Navidad. Con un lingotazo de azúcar, el calendario avecina una cuenta atrás, y ese sentido del final de alguna manera nos moviliza, como si aún estuviéramos a tiempo de cumplir con nuestros compromisos. Lo vemos cuando se acaba una legislatura, que se levantan andamios y se abren aceras como si hubiera habido un terremoto, o al leer el periódico de una suscripción que nunca usamos, o al limpiar el polvo del libro que tienes en la mesita de noche. La excusa suele ser que lo urgente se ha comido lo importante, y en el calendario de adviento, en su versión actualizada de cadena de supermercado, haber perdido el tiempo tiene sabor a chocolate. Si tuvieran que escribir en este momento la carta a los Reyes, ¿acaso no es lo que pedirían, además de un coche teledirigido, o un balón, unos auriculares o un viaje a Bruselas?

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