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H ace mucho tiempo, concretamente en el Monasterio de Santa María de la Vid, el maestro de novicios, el P. Pedro, en una de sus charlas semanales a los novicios, les indicó que la convivencia no era fácil, y que aunque entonces todos eran jóvenes, ... alegres y sociables, los temperamentos y caracteres podían chocar con cierta frecuencia. Obviamente, con la edad, les comentó: al convivir con otros religiosos más mayores, incluso con algunos ya ancianos, las dificultades, posiblemente, irían 'in crescendo'.

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