Pisa, un informe con limitaciones

Llama la atención el cambio en la evolución de algunos países que durante décadas han estado en los primeros puestos, fundamentalmente Finlandia, convertido durante años en un sistema educativo de referencia, y la irrupción de otros contextos con modelos educativos singulares.

En el análisis de los resultados españoles, un factor que no podemos obviar tanto en los de esta edición como de otras que veremos en los próximos años, es el recorte que en materia de educación se llevó a cabo en los años más duros de la crisis económica, que se ha manifestado claramente, entre otros aspectos, en la reducción del profesorado, pieza clave en la calidad del sistema educativo. Cantabria obtiene una buena puntuación en algunas de las pruebas, uniéndose en esta tendencia a otras Comunidades del norte de España con notables diferencias respecto a las del sur, dividiendo al país en esta materia; una realidad, no olvidemos, vinculada con otras situaciones sociales que también diferencian a una y otra parte.

También respeto a la situación española, es necesario resaltar el carácter inclusivo de nuestro sistema educativo, que permite, con toda su problemática añadida, incorporar a su alumnado, sin ningún tipo de distinción por razones sociales, culturales, de capacidades …, a toda la población en edad escolar.

Esta situación no está contemplada en su totalidad por las pruebas PISA, lo que pone de nuevo sobre la mesa las limitaciones del informe. Junto a este inconveniente, aparecen otros como el tipo de pruebas pasadas al alumnado centradas, en general, en unas competencias estándar que no recogen la casuística de cada contexto social.