Plazos y precios

A la zaga se sitúan el proyecto conjunto de la farmacéutica Pfizer y el laboratorio alemán BioNTech, que han presentado resultados de un estudio con 60 voluntarios de Alemania esta misma semana, con resultados positivos y sin efectos secundarios preocupantes, al igual que en otros ensayos previos. Este mismo mes se pone en marcha un ensayo clínico con 30.000 personas que será determinante para la suerte de su vacuna.

Pfizer utiliza la misma tecnología de ARN mensajero que Moderna, y ambos proyectos llevan caminos paralelos; esperan tener la vacuna dispuesta para su aprobación este mismo año. Otros aspirantes, como los gigantes farmacéuticos Johnson & Johnson y Merck van algo más descolgados: su estimación es tener una vacuna lista el próximo año.

Descontando por el momento los proyectos chinos, la probabilidad de que este mismo año la vacuna esté disponible va ganando cuerpo. El Gobierno Trump intenta asegurarse un acceso preferencial a la vacuna cuando esté lista, mediante acuerdos de 1.950 millones de dólares con Pfizer para que produzcan cien millones de dosis antes de final de año, si se cumplen todos los requisitos y con la posibilidad de aumentar la compra en otros 500 millones de dosis; de 1.200 millones de dólares con AstraZeneca, que también ha firmado acuerdos similares con países europeos, por 300 millones de dosis y de 1.600 millones con la farmacéutica Novavax, cuya vacuna está algo más retrasada. Aunque queda trabajo por delante, ya se están delineando los precios de las vacunas: AstraZeneca la venderá a precio de coste, la de Pfizer será gratuita en EE UU, Johnson & Johnson no se define, y tanto Moderna como Merck adelantan que no la venderán a precio de coste. La producción estimada es de hasta 100 millones de dosis este año, y superior a 1.000 millones en 2021. Si la efectividad de las diferentes vacunas es lo bastante elevada, el camino de vuelta a la normalidad puede ser bastante más breve de lo que los últimos rebrotes nos hacían temer.