Los plazos de los proyectos

Prácticamente todos los proyectos trascendentes del próximo Santander cultural se ven afectados por esta situación: serán realidad más tarde y van a costar más dinero, aunque solo sea por esta época netamente inflacionaria en precios de suministros y energía, con efectos de segunda ronda en costes salariales y de otro tipo. La subida de unos costes y de otros va desvirtuando la previsión de tiempos y fondos.

Dentro del panorama de la capital cántabra, el Espacio Pereda, ideado por el Banco Santander en su histórica sede, no va a poder estar listo para diciembre de 2023, como en su día se estimó quizá por las ganas de ver funcionando una instalación tan extraordinaria. La realidad de la ejecución es que lo más prudente parece ahora añadir otro año de espera, y quizá algún mes adicional también. Aún nos queda por ver, aparte del resto de 2023, una intensa realización de obras y luego de equipamientos durante los dos próximos años. Naturalmente, una vez inaugurado, el Espacio Pereda constituirá un sólido polo de atracción de visitantes nacionales e internacionales.

Otros proyectos comparten estos ritmos. Las negociaciones para crear en el edificio del Banco de España una extensión del Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía y alojar el excepcional Archivo Lafuente fueron excesivamente prolijas y obligaron a descolgar al Gobierno de Cantabria para avanzar con más eficaz entendimiento Ayuntamiento y Ministerio de Cultura. Pero solo muy recientemente ha acordado el Consejo de Ministros la adquisición del Archivo. Mientras, han pasado los años sin que se entrase en la ejecución material de la obra. No será fácil que se halle en funcionamiento antes de 2025. En todo caso, no mucho antes, sin que se aprecie por qué esta infraestructura, de no haber sufrido tropiezos de orden político, no debería estar ya mucho más próxima a su apertura.

No hay duda de que el Mupac es otro caso llamativo de alargamiento de calendario. Desde la propuesta para instalarlo en Gamazo, hasta la petición de propuestas a otros municipios de Cantabria y la final decisión sobre la calle Casimiro Sainz, transcurrió un buen tiempo. Y desde entonces hasta la implementación de las primeras acciones, ha pasado otra legislatura completa. Luego, vendrán las complejidades y costes de la realización. Parece complicado poner en servicio un equipamiento de esa magnitud en menos de dos años.

El MAS, museo municipal de arte que sufrió un grave incendio en noviembre de 2017 y que se encuentra en proceso de rehabilitación integral, también muestra un ritmo que genera interrogantes y sobrecostes inflacionarios. Los trabajos fueron adjudicados en julio de 2021, pero se iniciaron en enero de 2022, con plazo de ejecución de año y medio. Por su tradición y fondos, está llamado a ser un importante reclamo dentro del Santander cultural, aunque en este momento sería arriesgado apostar por una fecha, si continúan apareciendo problemas. Adyacente, la obra de la Biblioteca Menéndez Pelayo acumula igualmente sus propias demoras anteriores.

Por unas y otras razones, el envidiable conjunto de museos y centros culturales de la capital no será una realidad completa hasta 2025, ello suponiendo que no sobrevenga en 2023 una recesión que obligue a varios ejercicios de ajustes. Esperemos que todos los proyectos resulten ya imparables y que Santander no tenga que aguardar todavía más para el disfrute de una oferta magnífica, que beneficiará a toda la región.