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«El viento no escucha. No escuchan las piedras, pero hay que hablar, comunicar con las piedras y el viento».
(Del poeta Pepe Hierro)
Año 1977, 15 de junio, se celebran las primeras elecciones libres en Es-paña desde 1936. Gana la UCD de ... Adolfo Suárez con 165 diputados. Mucho poder representativo sin mayoría absoluta. Año 1982, 28 de octubre, el PSOE obtiene 202 diputados. El socialismo español consigue un poder representativo superior a la mayoría absoluta. Poder que ambas fuerzas políticas ejercieron para hacer patria.
Sin duda, Suárez habló mucho con «las piedras y el viento» antes de legalizar al Partido Comunista en abril de 1977. El terrorismo de ETA golpeaba fuerte desde 1968, el Ejército español hacía ruido y los partidarios del régimen franquista seguían dando coletazos. Suárez quería montar las bases de una España moderna y democrática. Eso exigía que estuvieran todos los partidos legalizados y un gran acuerdo económico-social.
La economía española dibujaba un cuadro clínico explosivo: la inflación disparada un 26,4%; los tipos de interés para créditos personales superaban el 10%; el sector empresarial, mezcla de monopolios y oligopolios; un fuerte déficit exterior. Una economía rígida, intervencionista, sin capacidad competitiva. Suárez ganó y con dialogo y acuerdos se aprobaron los Pactos de la Moncloa. Un acuerdo nacional de saneamiento y reforma de la economía, junto a un programa de actuación jurídica y política. Suárez, ejerciendo su poder al comienzo, hizo patria.
Yo milito en un partido político del que me siento orgullosa. Hoy hace 40 años que el PSOE alcanzó un poder representativo absoluto con el que hizo patria. Desde 1982, los gobiernos socialistas cimentaron el sistema democrático, que se tambaleaba. Los intentos de golpes de Estado fueron varios y ETA mataba. El Gobierno de Felipe González dejó el golpismo como un mal recuerdo, y ETA dejó las armas con un Gobierno socialista.
Entrar en el Mercado Común Europeo, hoy la Unión Europea, equiparaba nuestro país a las democracias occidentales. Y mantener a España en la estructura militar de la OTAN nos permi- te hoy estar mejor defendidos. El PSOE cambió de opinión. En política no es malo hacerlo. Lo malo es no explicarlo. Ya lo dijo Churchill: «Me he comido muchas veces mis palabras y es una dieta muy saludable».
Los socialistas cambiamos de opinión en esta posición de defensa y estructura militar en Europa. Lo explicamos y dimos la palabra al pueblo soberano para que decidiera: El referendum sobre la permanencia en la OTAN se ganó. Eso fue hacer patria. Algo a lo que se sumó la gran asociación de la Banca entonces, pidiendo el 'sí' en aquel referendum. Hoy, la gran Banca también debiera asumir como gesto patriótico pagar más impuestos de sus grandes beneficios para mantener el bienestar del Estado.
Ahora, cuando oigo a nuestros socios en el Gobierno en España acerca de disminuir el gasto militar y ser independientes de EEUU y plantearlo como una revolución, me entran ganas de pregonar a los cuatro vientos su gran contradicción. España es un país dependiente de EEUU en defensa, de China en tecnología y de Rusia y Argelia en gas. Si quisiéramos ser independientes tendríamos que invertir mucho más en Defensa. Lo uno y lo otro, a la vez, no es posible.
A algunos izquierdistas les gustaría hacer la revolución bajando del monte con «un machete entre los dientes y un Kalashnikov al hombro» (J.C.R.Ibarra). Los socialistas, con los votos en lugar de las botas, hicimos patria. Porque la gran revolución fue universalizar el sistema de pensiones, el sistema educativo y el sistema publico sanitario. Bienestar que es financiado con los impuestos. Los que la derecha alternativa quiere bajar. ¡Benditos impuestos, que nos dan la seguridad de que todas las mañanas se encenderán las luces de los quirófanos en los hospitales públicos!.
Fue un gesto de patriotismo, soportando huelgas generales, modernizar el sistema productivo español. La reconversión industrial, con tragedias por medio en Cantabria, quizá defraudó a algunos ciudadanos. A mí nadie me quitará el orgullo de ser del partido que modernizó la estructura económica en España. Los socialistas abrimos nuestro país al mundo y se transformó España de arriba abajo.
El bienestar que disfrutamos hoy en España vive tiempos difíciles. Fue posible por la ordenada transición que pilotó Suárez con diálogo y la decisión de gobiernos socialistas que ejercieron su poder para hacer patria. Todos hablaron, escucharon y acordaron. Hoy, muy conveniente sería que todos los políticos, como escribió nuestro admirado Pepe Hierro, hablásemos más con las piedras y el viento.
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