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La noticia mundial de la semana ha sido el grupo de imágenes cósmicas tomadas por el nuevo telescopio espacial, el James Webb. Nos dará una visión más nítida de los astros más lejanos, esto es, más antiguos. Fotones emitidos hace unos 13.000 millones de ... años. Una vez pregunté al científico del IFCA y hoy director general del European Southern Observatory, Xavier Barcons, si, cuando analizaban imágenes, tenían presente que era el pasado del universo lo que tenían presente. Me respondió llanamente que nadie se para a pensar en ello, salvo si hay interés específico en orígenes.
Como la luz que nos llega procede de sistemas ubicados a distancias diferentes, la veteranía de esa información también varía. Estamos viendo cosas que parecen simultáneas, pero para nosotros lo son en la recepción. Tomemos el crepúsculo: el Sol se está poniendo y la Luna subiendo. En realidad, vemos el sol de hace ocho minutos y la luna de hace 1,3 segundos. Venus, sea matutino o vespertino, es el de hace seis minutos.
Miremos al Norte, lejos del alumbrado público. La Estrella Polar que observamos (un punto, pero, mejor mirada, un sistema triple) es la de hace unos 440 años, es decir, como estaba en nuestros tiempos de Felipe II. A su vez, los ciudadanos 'polares' que miran 'ahora' hacia la Tierra ven los funerales de Santa Teresa de Jesús (aunque solo si el día es claro). Nuestro gran debate del estado de la nación de esta semana les llegará dentro de unos siglos. Alnilam, la estrella central del cinturón de Orión o las 'tres marías', se nos muestra esta noche como era hace 1.340 años, esto es, cuando en Hispania reinaba el visigodo Ervigio, o en China se avecinaba el excepcional gobierno de una emperatriz, Wu Zetian.
Así pues, con el James Webb los astrónomos obtienen un mejorado archivo histórico.
Con Cantabria pasa algo similar en política. Por ejemplo, desde que se declaró La Pasiega de interés regional, hasta ahora, la luz emitida en Santander ha podido llegar a la estrella Gliese 382, que parece tener un exoplaneta. Si alguno de sus empresarios se anima, creo que le da tiempo a venir para la inauguración. Sin necesidad de saltarse las señales de tráfico intergaláctico. Los que habiten el sistema estelar más cercano, Alfa Centauri, si han tenido el telescopio apuntando a Monzón de Campos, también pueden venir a la inauguración de los tramos de alta velocidad hasta Osorno. Para ver si se quita el espigón de Los Peligros o se pone un segundo, quizá les sea más rentable volverse allá y repetir viaje.
Seguramente habrá una gran excitación en Épsilon Eridani cuando dentro de diez años reciban el mensaje del estudio de alternativas al tren Santander-Bilbao. Será para ellos una bonita excursión venir a visitar el inicio de las obras. Como traerán ovnis de altas prestaciones, podrán acudir en un suspiro a la terminación y corte de cinta de la autovía Aguilar-Burgos. Las distancias entre proyectos y realidades en nuestra región son de orden galáctico y se miden en parsecs (1 parsec es 3,26 años luz). Veamos el lado bueno: el turismo interplanetario será un filón.
En general, todo desarrollo serio de un territorio requiere dos elementos fundamentales: continuidad y ritmo. Tiene que haber continuidad en los programas, sin bandazos continuos ni interrupciones; y darse la agilidad, porque, en caso contrario, cuando llega la presunta solución resulta que el problema se ha transformado en otro. El caso paradigmático fue que, para cuando se quiso terminar el Canal de Castilla de Alar a Requejada, ya había despegado el ferrocarril y el canal perdió sentido marinero.
El problema de consumir tiempos siderales en las cosas es que muchas pueden ser ya viejas, en el momento de su apertura, en un nuevo contexto. Vamos tarde en autovías, ferrocarriles, suelo industrial y tecnológico, equipamientos culturales, ordenación territorial, reformulación educativa para profesiones emergentes, implantación de energías renovables. Ahora se mueven nuevos papeles para la ampliación de la central hidroeléctrica de Aguayo. Albricias, pero la hemeroteca nos informa de que, hace justamente diez años, un presidente de Cantabria ya notificaba esa tramitación de una inversión de más de 600 millones de euros. La empresa quería empezar las obras en 2014. De momento, aquellas noticias andan ya por la constelación de Andrómeda. Ay, cuando les llegue que aún no hemos comenzado. Qué van a pensar los andromedianos de nosotros.
Estamos, pues, dando muy mala imagen de Cantabria al Universo, así que o nos ponemos las pilas o ponemos un toldo de Castro a Unquera y de Suances a Mataporquera.
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