Un poquito de dignidad

Se acabaron las milongas, apelar a lo heroico y vender humo. El pescado está vendido y hay que terminar la Liga de la forma más digna posible. La afición no se merece el esperpento del domingo. Suena crudo, pero por primera vez en la temporada el Racing hizo el ridículo en un terreno de juego. Una cosa es que el rival sea mejor que tú y otra que te arrastres por el campo y no metas ni la pierna. Un poquito de dignidad señores. Esto no es ni el Alcorcón ni el Mirandés ni el Extremadura, con todo el respeto para estos equipos. El escudo y la historia del Racing hay que defenderlos hasta el final y aquí nadie se puede dejar ir como si no pasase nada.

Y eso también va para el entrenador. Después de veintinueve jornadas, el público se ha cansado de ver ya algunas caras en el campo que no se merecen jugar ni un minuto más. Futbolistas que han tenido infinidad de oportunidades y que nunca han estado a la altura de la categoría ni por edad ni por calidad. Ya está bien. Para este viaje no hacen falta esas alforjas.

Quizás ha llegado el momento de empezar a tomar decisiones para reconstruirse y dar minutos a futbolistas que pueden ser importantes en el futuro. Si yo fuese canterano estaría levantando la mano y pidiendo ya una oportunidad para reivindicarme y pedir paso en el fútbol profesional. En todas las crisis siempre hay brotes verdes y este es el momento de volver a mirar a La Albericia. Lo tienen que saber en el club y lo tienen que exigir en la cantera, si es que realmente está para algo más que para completar los entrenamientos. Ha llegado el momento de volver a ser valientes.