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A propósito de una posible decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos se vuelve a hablar del aborto. Y vuelve porque en torno a él, chocan ideologías, posturas éticas y morales, y se ven las propias y múltiples contradicciones de nuestro tiempo. Y mientras se ... airean las banderas de un lado y del otro, es fácil olvidarse de las víctimas: las madres, los sanitarios, las no madres, los no nacidos.
Llama la atención que la cuestión esté entre lo que decide la mayoría o los jueces: legal o ilegal, no si un acto es bueno o malo en sí mismo. Dejamos en el tintero preguntas importantes; ¿La libertad puede estar en contra de la vida?, formulada de otra manera: ¿qué vale más, la vida de un no nacido o la posibilidad de decisión de una madre? ¿No hay cierta incoherencia en horrorizarnos por el desprecio a la vida por las guerras y la crisis ecológica y que nos olvidamos de las futuras personas de una sociedad? ¿No hay algo que chirría cuando la libertad afecta al que no se puede quejar? ¿No resulta curioso que hagamos todo lo posible por salvar la vida de un feto en unos casos y en otros colaboremos en su destrucción? ¿No nos lleva esto a volvernos un poco más egoístas como sociedad? ¿No puede ser la adopción una buena posibilidad? ¿No deben los estados proteger a los más débiles? ¿No son las madres solteras un ejemplo de heroicidad que muchos se empeñan en tapar?....
Lo solidario y fraternal es apoyar a las mujeres que se enfrentan a embarazos no deseados a optar por la vida. Perdone que insista ¿Es la vida un valor?
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