Preocupadísimos

Empiezo. Pues efectivamente, ustedes (los que están en la playa tomando el sol, en las casetas disfrutando de los pinchos, en los conciertos escuchando a sus artistas preferidos, en la piscina leyendo un buen libro...) no cuentan, pero el resto de los mortales estamos todos «preocupadísimos» por la falta de gobierno en España. Desde Felipe VI hasta Revilla. Nadie lo ve claro. Que sepan que ayer dio comienzo el pleno de investidura y que aún no sabemos si habrá o no habrá gobierno. Y eso que Pablo Iglesias ha renunciado a ser ministro. Y ahora dirá usted, mientras apura ese vermut y da buena cuenta de las rabas de calamar: que tengan piedad. Lógico. Porque si el presidente (en funciones) Sánchez pasa el trago de la investidura veremos cómo negocia la gobernabilidad de este país. No quiero amargarles el aperitivo, pero no descarten volver a destinar un rato de un domingo cualquiera a meter su papeleta en una urna. En ese caso, espero estar de vacaciones en las Islas Fiyi o, más barato, desconectado en una cueva del Alto Asón (con espeleólogos de la zona por si acaso).

Un par de temas más para usted que está desconectado. Que dicen nuestros políticos que el tema económico va bien, que esto va de lujo. Que la subida de sueldos que se intuye en el Gobierno regional y la que ya es una realidad en los ayuntamientos es algo lógico, de coyuntura económica. Que es mucho trabajo el que tienen que hacer y eso hay que pagarlo. ¿A que se quedan más tranquilos ahora? Apuren ese vermut o pídanse otro, si no es así.

Y lo último. Por si se lo perdieron. Revilla y Zuloaga ya se llevan bien, una reconciliación en toda regla. Hasta el presidente de Cantabria destaca en público la «eficacia» del vicepresidente socialista. Así da gusto. ¿Durará el romance cuatro años?