El primo de Zumosol
LA TIERRA DORMIDA ·
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LA TIERRA DORMIDA ·
Con la defensa de Cruz Viadero a su válido, infantiliza sin pretenderlo a quien aspira a ser el próximo alcaldeEl último Pleno celebrado por la Corporación ha constituido un pobre espectáculo solo justificable por el nerviosismo preelectoral, y quizás por la mediocre imitación de las actitudes grotescas a las que asistimos -no sé si molestos o ya desinteresados- al lamentable y ascendente estado ... de vulgaridad verbal protagonizado por las 'señorías' del Reino en sus últimas intervenciones parlamentarias. La pobreza que demuestran a la hora de fijar los desacuerdos deja cierto halo de añoranza para quienes, en tiempos radicalmente más tensos, supieron librar sus diferencias con argumentos y sin imprecaciones. No sé si por imitación, los concejales de la oposición -PP, ACPT, Torrelavega Sí y Ciudadanos- se levantaron en bloque de los sillones concejiles en señal de protesta porque había sido llevado a votación un asunto sin haber sido acompañado con la documentación que consideraban que les debería haber entregado en tiempo y forma. El asunto en discusión provenía de la Concejalía que preside el socialista José Luis Urraca, portavoz de su grupo y candidato a la Alcaldía de la ciudad en 2023. El asunto es lo de menos, no así la paupérrima representación política que provocó. El bloque de oposición abandonó la sesión plenaria como protesta ante un hecho que, según denuncian, ha ocurrido en otras ocasiones. ¿Qué esperaban?
Exceptuando a los asamblearios, el resto ha sido durante tres años una oposición silente y acomodada, tiempo en el que se han convertido en complacientes actores, de tal manera, que han acostumbrado a quienes gobiernan a reposar plácidamente sobre un cómodo lecho en aras de una pretendida oposición constructiva, que en realidad, y hasta ahora, no ha sido más que débil y desacertadamente bondadosa. El desafuero es pecado de acción, y permitirlo, de omisión. Sea como fuere, la oposición está en su derecho de abandonar una sesión plenaria, o veinte, porque nadie -y menos los políticos- están obligados a ser partícipes de lo que consideran un desafuero.
Lo que no está permitido por la ética, y aunque ya no esté de moda por la buena educación, es menospreciar con palabras rayanas en el insulto, como lo hizo el concejal José Manuel Cruz Viadero al acusar, con una vehemencia en él desconocida («Del agua mansa, líbreme Dios...»), a la portavoz popular, Marta Fernández-Teijeiro, llamándola «vaga» como mejor lindeza. Lo hizo para defender a su válido Urraca haciéndole parecer, seguramente sin pretenderlo, como incapaz de ser rotundo en sus propios argumentos, infantilizando de alguna manera a quien quiere ser el próximo alcalde socialista, mostrándose como el primo de Zumosol. José Luis Urraca es el antónimo de la irascibilidad y muy capaz de representarse a sí mismo. López Estrada, como suele, de perfil, dejando que las aguas bajen revueltas siempre que no le salpiquen. De momento, y hasta mayo, se acabaron cariños, arrumacos y fotos divertidas sobre un escenario festivo.
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