¿Quién es el procurador de los tribunales?

Se erige en el representante procesal de la parte en virtud de un contrato de mandato que le vincula al mismo, realizando cuantas gestiones le sean encomendadas bien ante la administración de Justicia o ante diversas administraciones u organismos y entidades de todo tipo.

Su actividad abarca inmumerables actuaciones como son la presentación de demandas y escritos, recepción de notificaciones y requerimientos, liquidación de plazos, comunicación a los letrados y clientes de cuantas incidencias se deriven de la actuación judicial, realización de emplazamientos, embargos, subastas, citaciones, anotaciones en registros públicos, liquidaciones de tasas e impuestos, y cuantas actuaciones le sean encomendadas gracias, además a la atribución que por ley tiene del ejercicio de funciones públicas, a diferencia de otros operadores jurídicos.

Cabe resaltar que en muchas ocasiones, el buen fin de un procedimiento depende en gran medida de la intervención diligente del procurador, por cuanto la fase de ejecución de las sentencias judiciales constituye el campo de actuación donde el procurador despliega todo su saber hacer, rapidez, diligencia, iniciativa e impulso precisos para la obtención de resultados efectivos, contrarrestando así el retraso endémico que sufren nuestros tribunales de justicia por la carencia de medios materiales.

Otra función encomiable de la profesión es su contribución a la justicia gratuita y turno de oficio, suponiendo una carga social para el procurador al hacer donación de la mayor parte de los honorarios que le corresponden por la realización de su trabajo.

El Colegio de Procuradores tiene puestas sus esperanzas en que la próxima aprobación del Reglamento de Asistencia Jurídica Gratuita dignifique, con la actualización de baremos, las indemnizaciones que por tal concepto perciben los procuradores.

La irrupción en los últimos años de las macrosociedades de la procura está desvirtuando nuestra profesión de manera alarmante, provocando una creciente pérdida de calidad e incremento de la siniestralidad por negligencia profesional de aquellos profesionales que desde otros puntos de España asumen la representación de procedimientos por todo el territorio nacional en claro perjuicio de su poderdante.

Desde esta tribuna, como Decana del Colegio de Procuradores de Cantabria quisiera recomendar a aquellos que se vean en la necesidad de contratar los servicios profesionales de un procurador, que opten por el procurador de proximidad, por aquel que a diario acude a las sedes judiciales velando por los asuntos encomendados e impulsando procesalmente los mismos, que mantiene comunicación directa con el cliente, y que mantiene viva la relación de confianza que debe primar en su mandato.

Una justicia moderna y eficaz debe empezar a ver la profesión de la procura como una oportunidad para reducir costes a la administración de Justicia, aprovechando las funciones públicas que le vienen atribuidas por ley y que, con una ampliación de las mismas a buen seguro reduciría ostensiblemente la pendencia de asuntos en los tribunales de justicia.

El Ilustre Colegio de Procuradores de Cantabria tiene prevista la realización de jornadas de puertas abiertas con el fin de acercar al ciudadano nuestra institución y nuestra profesión, en el convencimiento de que solo el conocimiento llevará a comprender y valorar la gran labor que día a día y de forma callada y discreta realizamos los procuradores de los Tribunales.