Protección heteróloga

Se piensa, aunque el mecanismo exacto aún se desconoce, que la activación del sistema inmunitario a través de vacunas podría desencadenar una protección de tipo genérico frente a patógenos. Este efecto estaría causado por el refuerzo de la inmunidad innata, que se ve potenciada por la exposición a agentes infecciosos y es de carácter inespecífico. Ese efecto de refuerzo es lo que se llama «protección heteróloga».

Tenemos observaciones desde hace varios años que indican que algunas vacunas, como las de la tuberculosis, la del sarampión y la vacuna oral de la polio podrían tener efectos no específicos, más allá del microorganismo diana de cada una de ellas. En países donde se administra la vacuna de la tuberculosis a recién nacidos, los estudios epidemiológicos revelaron que esta vacuna parece reducir la mortalidad neonatal e infantil independientemente de su efecto sobre la tuberculosis.

El impacto de la pandemia de covid-19 ha revitalizado la investigación de los efectos heterólogos de la vacuna de la tuberculosis, esta vez buscando pruebas de una posible protección frente al nuevo coronavirus. Una de las hipótesis planteadas sobre la escasa sintomatología de los niños sugiere que podría deberse a la inmunidad innata, entrenada por las frecuentes infecciones respiratorias y las vacunaciones recientes. A su favor cuenta con que se trata de una vacuna aprobada y con un excelente perfil de seguridad; sin embargo, serán necesarios ensayos clínicos para comprobar si esta protección heteróloga es efectiva a la hora de limitar la infección del coronavirus, o si se trata de una correlación estadística producto del azar sin relación causal.