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Si algo tienen otras comunidades es una estrategia, donde la digitalización es un punto esencial. Aquí, lo más moderno que conocen algunos son las cámaras de los platós televisivos. Frente a la desidia, a la falta de liderazgo y de proyecto de algunos dirigentes, es preciso insistir en que Cantabria cuenta con personas formadas, con capacidad para ser un referente en digitalización, en nuevas tecnologías. Cantabria tiene un tamaño que permite gestionar, con iniciativa política, los cambios de mentalidad y de formación para el empleo. Soy optimista porque durante más de diez años he trabajado en empresas de alta tecnología en Cantabria y conozco a muchas personas innovadoras y valientes, que luchan contracorriente en esta tierra. Tenemos un gran talento local. No podemos esperar a que vengan desde Madrid a resolver nada. Basta de lamentos y rabietas, cuando somos nosotros quienes tenemos que ponernos en marcha.

No es el momento de promesas vacías, ni de alentar populismos. Es momento de apreciar lo que se ha hecho en comunidades como Andalucía, donde se ha dado un vuelco radical a la situación económica en pocos años, donde han sabido confiar en los empresarios y autónomos para tirar hacia arriba de la comunidad. No hay soluciones mágicas, pero sí trabajo constante, confianza y motivación. Es algo que se aprecia con claridad en Andalucía y Madrid, por poner dos ejemplos. El Gobierno de Cantabria ha conseguido agotar todas las excusas... cuando aún falta más de un año de legislatura. Es triste, pero es así. Frente a ello, solo cabe insistir a nuestros ciudadanos en que no pierdan la esperanza, que se pueden hacer las cosas de otra manera. La experiencia de gestión en muchos ayuntamientos de Cantabria liderados por el PP demuestra que contamos con personas preparadas para dar ese vuelco a la situación. Cuando hay un proyecto, cuando hay preparación para llevarlo a cabo, cuando hay determinación, ilusión y liderazgo, los resultados llegan.