La prudencia, siempre en la mochila

Todas esas horas han hecho que además de tener un cariño sin límite a esa zona de Cantabria, le tenga también el mayor de los respetos. Porque aunque puedan parecer paisajes y rutas de lo más amable, no dejan de ser montañas.Y ahí el tiempo se complica en menos de cinco minutos. Lo que es un día idílico se convierte en un lago de niebla casi sin que uno se dé cuenta. O cambia el viento y baja la temperatura un montón de grados. O en verano, una tormenta surge de la nada. Por eso, además de gran cantidad de equipo en la mochila -en ella hay ropa de abrigo hasta en un día de verano- siempre hay grandes dosis de prudencia. De haber visto el día anterior tres o cuatro partes meteorológicos, de estar pendiente del cielo ese día. Siempre atento a cualquier señal. Y a poco que se complique la cosa, coche y para abajo.

La ruta de la Jaya Cruzá no es un trail por el Himalaya. Cualquier senderista en forma no tiene el más mínimo problema en completarla. Pero su recorrido en varios tramos es angosto, 'pica' casi constantemente para arriba y al final, cuando se otean al fondo la braña de los Cantos de la Borrica, en Sejos, la pista desaparece. El 'pero' el domingo es que la previsión del tiempo iba a peor y la cota de nieve bajaba ostensiblemente. Con esos ingredientes, ese paisaje que no puede ser más bonito en un día despejado se convierte en un infierno de frío y mal tiempo. El resultado ha sido un rescate del grupo de 25 excursionistas gallegos, que de nuevo, ha sido un éxito.

Y conviene recalcar eso de 'de nuevo'. Porque el año pasado, casi por estas mismas fechas, un grupo de chavales catalanes junto a sus monitores también tuvo un susto mayúsculo por la zona. De la Braña del Moral hubo que bajarles con principios de hipotermia.Con todo el conocimiento posible en nuestras manos en forma de teléfono móvil, esa prudencia que siempre debe ir en la mochila de un senderista debe plasmarse en conocimiento del sitio al que se va y de saber qué tiempo va a hacer. Y si al final se decide ir, si las malas previsiones se cumplen, lo mejor es darse la vuelta y desandar lo 'andao' antes de meterse en la boca del lobo. El frío que hace en las montañas de Cantabria es el mismo que hace en otras, y la nieve dificulta la visión y el caminar exactamente igual que en otros lugares. En apenas un año, esas montañas, mis montañas, han dado dos buenos sustos. Un poco de prudencia no está de más para no tentar de nuevo a la suerte.