Nadie puede detener la primavera

Pero ¿y a los periodistas? ¿ y a todas las personas, periodistas o no, que trabajan a diario en el periódico?

No han fallado ni un solo día; información, opinión, fotografías –sí, sí, fotografías– a pie de calle o en sus casas, en los hospitales, residencias y en todos los lugares donde ha estado y está el epicentro de la noticia.

Nadie duda que la prensa es un servicio esencial y así se ha proclamado en las disposiciones legales promulgadas para regular las normas de convivencia durante la pandemia.

Pero sin el concurso entregado y generoso de las personas que vuelcan su esfuerzo cotidiano en redactar la información ordenada y verazmente, en elaborar opinión libre e independiente, en tomar muestras gráficas de los hechos con riesgo físico evidente, en procurar que todos nuestros anunciantes tengan su espacio, en conseguir que nos utilicen para ello, en el diseño, en la elaboración de cada ejemplar y en la página web constantemente actualizada y en el reparto y distribución del periódico, ese servicio esencial se hubiera visto interrumpido.

¿Se imaginan una sociedad sin información?

Yo tampoco.

Por eso mis primeras palabras de agradecimiento son para ellos, para quienes lo han hecho posible desde el confinamiento o en directo, todos sin excepción alcanzan la categoría de héroes.

A ellos se debe también la nueva edición del Anuario de Cantabria que desde hoy tienen a su disposición.

Muchísimas gracias también, ¡cómo no! a los anunciantes quienes, a pesar de la crisis, han mantenido sus mensajes publicitarios, sin los cuales no estaríamos aquí.

Y a nuestros lectores, muy especialmente a nuestros lectores, seguidores leales de nuestra página web y del propio periódico, por su fidelidad, por sus comentarios, por sus críticas, por su disposición a seguirnos allá donde estemos haciendo, en fin, que el esfuerzo merezca la pena.

Debido a las circunstancias por todos conocidas y sufridas posponemos el aplauso y el brindis para una fecha próxima en un acto que este año tendrá la especial connotación de celebrarlo tras haber superado la tragedia.

¡Que sea pronto!