El Puente de Arce

Refiriéndonos ya al puente de Arce, cuya historia ha sido descrita recientemente en este diario por el profesor Aramburu-Zabala, se trata de una magnífica estructura de piedra de cinco bóvedas pétreas, de unos 105 de longitud y 4,5 metros de ancho. Su perfil longitudinal crece ligeramente hacia el centro del río, en 'lomo de asno', tiene dos bóvedas principales, sobre las aguas del Pas, de medio punto con un vano libre de unos 22 metros y otras tres algo menores con arcos escarzanos de unos 12 m de vano. Las cuatro pilas tienen sección sensiblemente prismática y disponen de apartaderos a nivel de la calzada con la forma de sus tajamares (ojivales «aguas arriba» del puente y rectangulares «aguas abajo»). Al contemplar este grandioso puente llaman la atención sus potentes pilas y tajamares, lo que ha permitido a esta estructura resistir decenas de grandes avenidas del río Pas.

En el XVIII este puente se utilizó por el nuevo Camino Real entre Santander y Reinosa y en el informe final de las obras, en 1754, su constructor Marcos de Vierna, expuso que al alcanzar este paso sobre el río Pas, y a dos leguas y media de Santander, se encontraba dañado y se procedió a su consolidación: «... Es de construcción antigua... con cinco arcos... de los cuales se hallaban arruinados el tercero y cuarto, con el pie derecho o machón que los recibía; los que se han reedificado nuevamente uniformes a la construcción del todo de este puente, con la mejor unión y firmeza, sin embargo, de lo penosa que estuvo su planta por el inconveniente de bañarla el flujo y reflujo del mar, a más de lo abundante que es dicho río».

Se trataba del primer paso fijo del río Pas desde su desembocadura. Era pues un punto estratégico para Santander y la zona oriental de la región, para desde aquí seguir aguas arriba de este río hacia el valle de Toranzo, el puerto del Escudo y el norte de Burgos, o continuar hacia poniente hasta la barca de Barreda, donde cruzando el río Saja hasta Viveda, podía irse hacia Santillana y Asturias; o bien, desde Barreda, ir hacia el sur hasta Torrelavega y siguiendo la ruta del Besaya alcanzar Reinosa, y una vez en Aguilar de Campoo, dirigirse hacia Palencia o Burgos.

Durante cientos de años su existencia ha sido clave para la comunicación de Santander con Asturias y Castilla, y ha sido el paso de la carretera nacional N-611 hasta 1960, cuando para absorber el tráfico creciente de esta importante vía de comunicación se construyó, unos 200 metros aguas abajo, un puente de hormigón armado.

De los cinco arcos sólo pasa el agua por los dos centrales y es el pilar que comparten el que se lleva toda la fuerza y presión del Pas, la cual es, obviamente, mucho más fuerte en crecidas. Creemos que es necesario además de la reparación de esta pila y su tajamar, limpiar y vaciar de sedimentos los otros tres arcos recuperando el cauce como lugar inundable en las riadas y utilizable como paseo en los estíos.

Con Golbardo (1903) sobre el río Saja y el cargadero de minerales de Dícido (1938) en Mioño, alcanza el máximo nivel de protección (BIC), en cuanto a este tipo de construcciones.

La rotura parcial de una de las pilas centrales del puente, ocurrida en las recientes 'llenas del Pas', y el más que probable daño y descalce de sus cimientos es un hecho muy grave y lo pone en riesgo de colapso estructural, por lo que solicitamos al Gobierno de Cantabria que arbitre todos los medios a su alcance para reforzar con carácter de urgencia esta histórica estructura, uno de los símbolos y monumentos BIC de nuestra región.