Putin bombardea tu bolsillo

Es una pena inenarrable que un país como Rusia, que puede brillar en las artes (acabo de leer las maravillosas memorias, 'Viaje sentimental', de Viktor Shklovski), la ciencia, la economía y el deporte haya elegido destacar por pisar la cabeza a su vecino como un matón de aldea. Si yo fuera hoy ruso, me sentiría radicalmente apesadumbrado por esta imagen sanguinaria que da mi gobierno. También quiero recordar a los valientes activistas rusos que se han atrevido a protestar en Moscú y otras ciudades contra la agresión de su ejército a Ucrania. Ellos me dan esperanza de que algún día (lejano, temo) la noble Rusia volverá.

Mientras tanto, como europeo, creo que, aun sin trascendencia práctica inmediata pero sí como gesto universal, Europa debe anular inmediatamente su reconocimiento del exclave ruso de Kaliningrado, entre Polonia y Lituania, y reclamarlo para la ONU. La ciudad del filósofo de la república constitucional y de la paz perpetua entre las naciones, Immanuel Kant, no debe permanecer en manos de políticos 'descivilizados'. Porque esto no se va a olvidar ni perdonar.

Las bombas rusas, al trastornar la economía, caen también sobre Cantabria en ese mismo plano. Y van a causar daños en empresas y hogares. La región que tiene que encajar ahora el misil del Kremlin es una de las autonomías que menos empleo creó en 2021 y que menos redujo el paro. Signos de pobre crecimiento, tan infalibles como el Papa en materias de fe. Un informe de Monitor Adecco: Cantabria es la tercera comunidad autónoma con mayor pérdida de poder adquisitivo del salario medio en los últimos ocho trimestres, es decir, dos años. Es la mayor rebaja de la península. En España se dio un aumento del 0,5%, aquí un descenso del 3,2%. Nuestro salario medio es inferior al nacional. Reflejo de una estructura económica con poco empleo de calidad ni productividad de base innovadora.

Somos una región llena de lobos: el lobo de la energía, el lobo de la burocracia, el lobo de la improvisación y el lobo del conformismo, que es el que más ovejas devora. Si nuestras legiones de jubilados y funcionarios creen que a ellos no les llegará el lobo feroz, mejor que vayan tecleando 'macroeconomía' en Wikipedia. A base de 11 millones al año, La Pasiega no entrará en servicio ni para 2035. Fecha en la que puede ser aun improbable que llegue el AVE a Cantabria, al paso que vamos. Y del tren a Bilbao, hablaremos en el suplemento dedicado a la literatura de ficción. En la categoría de no ficción, Sniace cumple dos años cerrada y sin plan para que nada la sustituya. Solvay ya no sabe cómo decir «qué hay de lo mío», pues lleva tres años esperando. Las adjudicaciones del Grupo Fomento en 2021 han sido, según la actualización del Ministerio esta semana, incluso inferiores a las del primer año de pandemia, 2020. La bomba económica rusa caerá, pues, sobre muchos escombros domésticos.

Ahora podemos esperar importantes alteraciones del comercio internacional; de los precios de producción y de consumo; del gasto público (hay que gastar más en defensa y en telecomunicaciones estratégicas, y en asistir a los ucranianos y a los sectores propios damnificados); de las previsiones de inversión empresarial y de la seguridad de muchas operaciones, como los viajes en avión. El turismo a y desde Rusia ya no tiene sentido para mucho tiempo.

Rusia posee dos caras, como el águila bicéfala de su escudo (o como los mártires del nuestro). No siempre somos generosos a la hora de alabar la buena, pero debemos ser clarísimos al censurar la mala, porque lo es para todos nosotros y para ellos mismos también. Esta factura rusa nos va a doler mucho, en el alma y en la cartera. Ahora nos obligan a gastar en un Pentágono europeo y en tecnologías de la destrucción, en vez de en educación, sanidad y políticas sociales. Aún peor: obligarán a rearmar Alemania. Será como la cuarta maldición imperdonable de Harry Potter.