Una vida entregada al Racing
Quique Setién
Jueves, 23 de noviembre 2023, 07:59
Secciones
Servicios
Destacamos
Quique Setién
Jueves, 23 de noviembre 2023, 07:59
No hay club con historia que no eche en falta a sus héroes. Y Santi lo fue. Los que trabajamos con él siempre le estaremos agradecidos porque nos mostró el camino a seguir, que no era otro que el de la cantera. Como jugador compartí ... su último año con el primero mío. No era muy hablador, no le llegue a conocer demasiado entonces, era un niño de 18 años que acababa de llegar del Perines. Santi era un futbolista muy correcto, inteligente, no hacía más que lo que sus cualidades le permitían, por eso llegó a jugar casi 200 partidos. Educado, culto, con inquietudes, se preocupó por formarse y aprender. Hemos leído artículos interesantes que nos hacían pensar, nos dieron para conversaciones interminables. Como las controversias para valorar a un jugador u otro.
Creo que fue José Manuel López Alonso quién le ofreció la responsabilidad de organizar el fútbol base. Para ello se juntó con mi tío José Luis, otro enfermo del fútbol que le acompañó hasta que pudo. Se ayudaron para poner en funcionamiento las nuevas instalaciones de la Albericia prácticamente sin recursos. Mientras él entrenaba en los campos de grijillo, mi tío alumbraba con las luces de su coche y de alguno de los padres de los niños que allí estaban.
El encargo que le hizo López Alonso lo fue realizando con una gran voluntad y mucho cuidado para no equivocarse. Desde el principio supo de la gran responsabilidad que tenía. Era fácil decirle a un niño que el Racing le iba a dar una oportunidad, pero también sabía que al final de cada temporada habría que decir a otros que no seguirían. Aquello supuso un trauma enorme que arrastró toda su etapa en la base.
Trabajé con él antes de hacerme cargo del primer equipo. Recuerdo que le pregunté qué necesitábamos para mejorar y me pidió que era necesario colocar hierba artificial en los dos campos de La Albericia. Fui a hablar con Santiago Díaz y le puse como condición esa petición. En dos meses, aquel verano, los chavales estrenaron la hierba. A Santi se le caían las lágrimas. Aquel año y medio que trabajamos juntos lo recuerdo como una experiencia única, nos unimos dos personas con una idea común, por fin él pudo trabajar sabiendo de verdad que alguien valoraba su trabajo y sus desvelos. Luego llegó Piterman y todo se acabó. Hoy es un día muy triste, pero Santi me deja muchos recuerdos y muchos principios que me ayudaron y que no olvidaré jamás. Hasta siempre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.