Radiografía del enemigo

Los coronavirus forman una gran familia, dividida en cuatro géneros y con 39 especies identificadas por el momento. Provocan enfermedades en diferentes especies de aves y mamíferos; en humanos causan infecciones respiratorias que van desde el resfriado común hasta el MERS, que tiene una tasa de mortalidad que ronda el 40%. El origen del SARS-CoV-2 está sin determinar, pero parece que es una zoonosis, con el murciélago en el origen y otro animal, posiblemente el pangolín, como intermediario. No hay ninguna prueba de que el virus haya sido diseñado en un laboratorio.

Hay cierto consenso en que la transmisión del virus se produce a través de las gotas minúsculas de saliva que se producen al toser, estornudar o simplemente respirar, por el contacto directo con estas gotas o a través de objetos contaminados por las mismas. Se piensa que es poco probable su transmisión por el aire a distancias mayores de dos metros. Una vez dentro del organismo, se une a los receptores de la ECA2, muy presentes en el alveolo pulmonar y en los capilares, para penetrar en las células.

Se ha comprobado que hasta el 60% de los afectados por la enfermedad, el Covid-19, son asintomáticos. Puede presentar como síntomas iniciales fiebre, tos, estornudos, dolor de garganta y manifestaciones generales como dolor articular, un cuadro similar al de la gripe. En algunas ocasiones aparece pérdida del olfato o del sentido del gusto.

En los cuadros graves se producen complicaciones como neumonía y dificultad respiratoria, que pueden conducir a la muerte. Son más propensos a presentar complicaciones graves los varones de más de 60 años, sobre todo los que presentan enfermedades previas. En la actualidad no existe vacuna contra este virus, pero hay algunos proyectos que ya están en fase de ensayo clínico. La más avanzada está en China, donde están reuniendo un grupo de 500 voluntarios para la segunda fase del ensayo, y hay al menos un proyecto estadounidense en la primera fase de ensayo. De tener éxito, las vacunas podrían estar disponibles a comienzos de 2021.

Tampoco hay un antiviral específico, y conseguir uno llevará mucho más tiempo que obtener la vacuna. De momento se están haciendo pruebas de ensayo y error con varios antivirales ya existentes. El más prometedor es el remdesivir, un medicamento desarrollado para tratar el ébola que impide la replicación de los virus, y parece que muestra cierta efectividad en casos graves de Covid-19.