Un Rafa muy familiar

Rafa era el mayor y ese rol se fue consolidando de manera natural, asumiendo incluso una relación paternal con los pequeños, debido a la diferencia de edad. El niño curioso, aplicado y sociable, fue transformándose en un joven comprometido, emprendedor y atento a su entorno. Muy orgulloso de una familia con orígenes en Trasmiera, Escalante y Mataporquera, Piélagos fue su lugar de referencia, el lugar de su infancia y su juventud y el lugar al que siempre regresar. Piélagos ha sido siempre el punto de encuentro de la familia. Aquí se celebraban las cenas de Nochebuena hasta que tomó el relevo precisamente Rafa y, con Mari Carmen, han recibido durante años a la familia De la Sierra González, a la familia Morón Tejada, y a otros invitados que de año en año se iban sumando. Rafa construyó familia, desde el respeto a las diferencias y a las formas de ser, centrándose en lo que une y obviando las bagatelas. Y, como él comentó en privado en una ocasión observando una de estas cenas: «Habremos hecho cosas mal, pero algo habremos hecho bien».

Esa forma de ser la extrapoló a su familia más extensa: la de los afectos adquiridos, las amistades, su entorno político y profesional.

A Renedo iba con mucha frecuencia: comidas en casas familiares, picoteos en algún local, paseos. Y en las pistas de baloncesto de Vioño jugó mucho con sus hijas, hace ya años. Se sentía querido en Piélagos. La gente le saludaba y se acercaba con cariño, y él siempre fue muy receptivo y respondía con reciprocidad.

Hoy creemos que se rinde homenaje especialmente a ese Rafa y el capítulo de los agradecimientos es muy numeroso: en primer lugar, al Ayuntamiento de Piélagos y, en particular, a su Alcaldesa y al resto de la corporación, por la concesión del título de Hijo Predilecto de su municipio, algo que sin duda le hubiera emocionado, y por la organización de este acto.

Para llegar aquí han sumado muchas personas: en la familia se ha trabajado duro para compartir un Rafa que es nuestro, pero que entendemos que es de todos. Lo hemos querido plasmar, con modestia pero desde el amor y el orgullo, en una proyección que vio en el Teatro Vimenor. Gracias a la Julia de Paco Ibáñez y a los herederos de José Agustín Goytisolo por su generosidad. Gracias a la Coral 'Amigos del Mar', del Barrio Pesquero. Gracias, por supuesto, a Miguel Ángel y a Paula, también a El Diario Montañés y a Leticia Mena. Y gracias a todos quienes nos acompañáis hoy y siempre.