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La tarea de rescate literario que lleva a cabo la Fundación Banco Santander, dependiente del banco santanderino, es digna de elogio. En su 'Colección obra fundamental' ha publicado una antología titulada 'La Torre invisible' en la que recupera la obra y la figura de Ramón ... de la Serna y Espina, hijo mayor de Concha Espina y primogénito de Ramón de la Serna. Con esta publicación descubre la obra de un escritor de mérito que ha quedado opacado por el brillo de su madre y de su hermano menor, Víctor.
Bien puede afirmarse que esta publicación -que se presentó en el Ateneo de Santander el pasado día dieciséis- supone el renacimiento de un autor que había muerto en el olvido, en la segunda mitad del siglo XX. Quizás, el alejamiento geográfico de Ramón de la Serna ha sido uno de los elementos que dejaron en un segundo plano a un autor de mérito. Ramón de la Serna y Espina nació en Valparaíso (Chile) en el año 1894 y murió en 1969 en Santiago de Chile. La mayor parte de su vida la desarrolló en América y brilló como traductor y como articulista en diarios de la América hispana..., pero en España apenas sí fue conocido.
El renacer de Ramón de la Serna se sustenta en dos pilares: en su sobrino nieto, Alfredo Pérez de Armiñán, y en la filóloga italiana Daniela Agrillo. El primero por conservar el legado de su pariente y la segunda por trabajar durante años en una tesis doctoral sobre la obra, la vida y la personalidad del escritor. Pérez de Armiñán es un paradigma de la persona interesada por la cultura y la historia, un hombre con un currículum apabullante que puso empeño y tesón en colocar a Ramón de la Serna en el lugar que le corresponde. Daniela Agrillo topó, casi por casualidad, con una parte de la obra de Ramón y se lanzó a la tarea de investigar al escritor para realizar su tesis doctoral en la universidad 'Nápoles L'Orientale'. El tercer elemento que ha actuado, a modo de catalizador, es la Fundación Banco Santander que ha publicado, con mimo, una antología de obras de teatro, artículos y ensayos de Ramón de la Serna. Un libro que contiene un estudio previo redactado por Daniela Agrillo y que es una exacta semblanza de este autor de biografía casi novelesca.
Ramón de la Serna es una de las muchas personas que estuvo en lo que se llamó la tercera España. Conoció bien la Alemania que encumbró a Hitler al poder y por ello renegó de los totalitarismos. Durante la guerra civil en España permaneció en Madrid hasta la entrada de las tropas de Franco. Su nacionalidad chilena le permitió sobrevivir a pesar de que su familia estuvo claramente en el bando rebelde. Cuando la guerra en España terminó, se autoexilió en Chile, su país de nacimiento, porque intuía que Europa iba a ser el escenario de la guerra más cruel de la historia.
En esta aventura de recuperación de un gran escritor no es posible olvidar el papel de su esposa Eva Cargher, una mujer alemana que siempre se mantuvo a su lado y que conservó los escritos, diarios y notas que permiten ahora descubrir el talento de este chileno-cántabro.
Eva Cargher mantuvo a salvo esos documentos a pesar de que Ramón de la Serna había pedido que a su muerte todos esos manuscritos fueran destruidos. Con ese gesto y la visión del valor que tenían aportada por Alfredo Pérez de Armiñán, ahora es posible conocer la obra de este escritor. La historia de Ramón de la Serna se asemeja a la de otros artistas que vieron reconocido su talento tras su fallecimiento. En este caso, el hijo de Concha Espina, está considerado un excelente traductor. Dominaba siete idiomas y además publicó artículos y narraciones en diferentes diarios americanos.
Ramón de la Serna ha sido considerado por algunos historiadores como uno más de los exiliados tras la guerra civil, pero ese planteamiento carece de base. Ramón siguió en Madrid hasta el final de la contienda y con la llegada del gobierno de Franco no tenía ninguna necesidad de marchar al extranjero, ya que su hermano Víctor tenía una magnífica relación con los vencedores y lo mismo ocurría con su madre. Ramón se marchó a Chile porque tenía una fuerte relación su país natal y porque atisbaba el inicio de la segunda guerra mundial.
Ahora se recupera, al menos en parte, la obra de este dramaturgo y periodista y aún restan de estudiar y dar a la luz una buena parte de sus escritos.
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