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No hay uebos, y bien escrito está, de que los ciudadanos serios censuren en exceso los desvaríos lingüísticos vengan de quien vengan, sean de ministra zonza o de presidente zaino. Dicen los regnícolas viejos que no hagamos caso a medios días habiendo días enteros, porque ... de donde no hay no se puede sacar. Por tanto, la obstinación de la ministra de Igualdad en utilizar lo ridículo para referirse a lo inexistente –hijes (ni hijos ni hijas sino lo contrario), niñes o todes y, por extensión, camareres, abogades o empleades– aburre hasta a los suyos. Aunque el postureo es evidente, producto sin duda de la ignorancia y el radicalismo, no ha de llevarnos a la dura crítica, propia de gente intolerante, ni al cachondeo reprobable en las redes sociales, sino a la compasión caritativa y a la indulgencia plenaria.
El inhabitual y cursi isagoge o preámbulo sirve para poner en valor cómo contamos con palabras arcaicas y en desuso, pero perfectamente válidas, que cualquiera puede consultar si pretende atraer la atención sin recurrir al disparate. Uebos, por ejemplo, nada tiene que ver con los huevos por todos conocidos, pues se refiere a la necesidad de hacer. Regnícolas son los naturales de un reino, zaino es persona de poco fiar y zonza de entendimiento limitado. Según demuestra la experiencia, el verdadero problema del lenguaje inclusivo reside en el altavoz que se le brinda. Si no se replicara a quienes propagan estas sandeces u otras parecidas, sin ningún eco en la calle, es probable que las repitan menos. Ahí está la lección que nos presenta el caso de la maestra de un colegio de Jerez en relación al Día del Padre.
La noticia ha dado la vuelta a España. Una maestra envió un audio a los padres de sus alumnos para comunicarles que el centro dejaba de celebrar el Día del Padre, y lo sustituía por el Día de la Persona Especial, al existir ahora distintos tipos de familia. La expresión 'manda huevos', que hizo popular Federico Trillo, entonces presidente del Congreso, es de aplicación aquí en el sentido que Trillo le dio, si bien se trata de una corrupción del 'manda uebos' (necesidad obliga) de origen judicial. La idiotez hubiera tenido escaso recorrido si no fuera porque se le prestó altavoz, como esperaba quizá la docente, y se hizo viral. Claro que también se viralizó la respuesta inadecuada de uno de los papás, quien se acordó groseramente de la madre de la maestra, aventurando que tal vez no conoce a su padre.
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