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Cinco años hace. No puedo quejarme de aquel confinamiento. No perdí a ningún familiar ni persona allegada, no sufrí el contagio, descubrí el valor de ... la conectividad y del teletrabajo, disfruté de las calles vacías paseando a mi perro, no me costó nada aceptar el encierro en la casa espaciosa y con jardín donde tengo la suerte de vivir, e incluso me alimenté con sabrosas fantasías.

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