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Lo saben bien los jugadores que entrenaron con él aquella temporada. Paquito era un entrenador excepcional y una excelente persona, pero tenía dos defectos: era un obseso del fútbol y un adicto al trabajo. El club se había convertido en sociedad anónima deportiva con la ... tutela de las administraciones públicas y el claro objetivo marcado era el ascenso. Así que el primer día de entrenamiento, en el campo municipal de la Glorieta de Ampuero, Paquito descubrió sus cartas. Había planificado doble sesión cada día, incluido los sábados, y partidos los domingos. Eso significaba que no había ni un solo día libre. Hubo reparos. Fue un tira y afloja que el míster tuvo que lidiar con la plantilla.

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