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Sigue siendo el caballo de batalla del Gobierno de Sánchez, el de colonizar las instituciones, imponer la arbitrariedad y manipular el lenguaje para que la mentira se disfrace de verdad. El caballo galopa entre parentescos, padrinazgos y agradecimientos incondicionales de acólitos y medradores nombrados para ... el beneficio propio.
El caso del exministro Luis Escrivá, nuevo presidente del Banco de España, ni es el primero ni será el último de esta epidemia de nepotismo que nos traslada a tiempos medievales. Es el caso de Dolores Delgado, ministra de Justicia que fue nombrada fiscal general del Estado y luego, tras la anulación del Tribunal Supremo al considerarlo «desviación de poder», salió recompensada por el nuevo fiscal, Álvaro García Ortiz, que fue número dos de la propia Dolores Delgado, designándola fiscal de sala.
Pero hay más: Carmen Calvo, vicepresidenta de Sánchez, fue nombrada presidenta del Consejo de Estado; Miguel Ángel Oliver, máximo responsable en La Moncloa de las relaciones con los medios de comunicación y luego secretario de Estado de Comunicación, preside ahora la Agencia EFE; la militante socialista, Concepción Cascajosa, es la presidenta de RTVE; José Félix Tezanos, exsecretario de Estudios y Programas del PSOE, es el polémico presidente del Centro de Estudios Sociológicos (CIS) que siempre prevé grandes resultados de su partido en las encuestas; Elena Manzanera ha pasado de alto cargo socialista a presidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE); Fernando Galindo, que fue subsecretario del Ministerio de Política Territorial, es el letrado mayor de las Cortes y Juan Carlos Campo, ministro de Justicia hasta 2022, fue designado, junto a Laura Díez, que había sido directora general de Asuntos Constitucionales y Coordinación Jurídica del Ministerio de la Presidencia, como magistrados del Tribunal Constitucional.
Ante tanto caciquismo, un amigo quiere consolarme: «Calígula nombró cónsul a su caballo y al menos Sánchez no lo ha hecho», me dice. Pero no me tranquiliza, porque escucho demasiados relinchos.
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