El falangista que dijo no a Franco

Quien acuda a la presentación o lea el libro, se acercará a la figura de un político especial. Nacido en Ambrosero, formado como mecánico naval en Bilbao, navegante y pequeño empresario, Hedilla llegó a ser jefe provincial de la Falange de Santander y jefe nacional tras la prisión y fusilamiento de José Antonio. Aunque no fue un hombre ilustrado como Primo de Rivera, sí demostró una gran capacidad de organización. Cuando el general Franco impuso en un decreto la unificación de todas las fuerzas vencedoras en un partido único, Hedilla se negó a acatarlo. Por ese motivo fue detenido, encarcelado y condenado a muerte, aunque la pena no llegó a ejecutarse.

Las circunstancias de esta aventura se recogen en este libro que nos describe a un hombre de honor que, lejos de aceptar los privilegios que Franco le ofrecía por aceptar la unificación, prefirió mantenerse fiel a sus ideales falangistas asumiendo las fatales consecuencias de su decisión. Encarcelado junto a sus adversarios políticos, apestado por ganadores y vencidos, el ejemplo de Hedilla contrasta con la catadura moral que hoy gobierna España.

Si aquella propuesta de unificación de Franco, en vez de a un Manuel Hedilla se hubiera hecho a un Pedro Sánchez, éste hubiera tragado con desenterrar al dictador de nuevo, devolverle al Valle de los Caídos e incluso resucitarle, milagro que, aunque atributo del poder divino, la 'superioridad moral' de Sánchez sería capaz de llevar a cabo por seguir en la Moncloa.