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Los padres son los más progresistas del pueblo, pero no son partidarios de los juguetes descafeinados. Su niño tiene un rifle de mentiras con el que dispara a enemigos imaginarios. En mi época, nos sumergíamos en las películas y disparábamos a indios que atacaban al ... Séptimo de Caballería, o a japoneses y nazis que hablaban a gritos sin saber lo que decían. Pero en Oñate, como en otros pueblos del País Vasco y Navarra, los malos a los que los padres enseñan a disparar ni son indios, ni japoneses, ni nazis.

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eldiariomontanes El odio, juego de niños