Salud, dinero y amor

Todavía tengo repitiéndome en mi cabeza la canción de Cristina y los 'Stop': «Tres cosas hay en la vida/ salud, dinero y amor/ el que tenga estas tres cosas/ que le dé gracias a Dios».

Lástima que quienes nos desean salud, dinero y amor no sean genios agradecidos de haber sido liberados de alguna lámpara maravillosa que hemos frotado por casualidad. ¿Se imaginan que tengamos que elegir uno de esos tres deseos? Qué dilema. ¿Elegimos la salud, ese tesoro que sobre todo apreciamos cuando nos falta y que a medida que pasan los años nos resulta más necesario? Ciertamente es la base para poder disfrutar de la vida, porque sin salud, el dinero y el amor pierden su significado.

¿O preferiremos el dinero, la herramienta más poderosa para asegurar un futuro cómodo y sin preocupaciones, para ampliar la libertad de tomar decisiones y las posibilidades de ayudar a los demás y de cultivar el amor y la salud?

También es cierto que no importa cuánto dinero tengamos ni cuán saludable estemos, porque si nos falta el amor, la vida parece que no tiene sentido. ¿Será el amor nuestra opción preferida?

Si la salud nos permite amar y trabajar; si el dinero nos da la seguridad para cuidar de nuestra salud y disfrutar del amor; y si el amor es el motor que nos despierta el propósito de vivir, ¿cómo vamos a elegir solo uno de esos deseos? Quedémonos con un poco de cada uno de ellos y sigamos cantando en 2025: «El que tenga un amor/ que lo cuide, que lo cuide/ la salud y la platita/ que no la tire, que no la tire».