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Continúo anotando reflexiones ajenas que leo y considero de interés. En consecuencia, se acumulan en mi archivo periodístico frases pronunciadas por bocas/mentes que dicen lo que saben y -¡aleluya!, ¡asombroso!, ¡prodigio!- saben lo que dicen. Nuevo florilegio.
Leopoldo Abadía, ingeniero y autor de ... exitosos libros: «Hay que animar a los jóvenes a que sean más austeros. ¿De verdad es necesario tener el último modelo de móvil? Los viejos tenemos la responsabilidad de educar a los chavales sin pegarles sermones». Una de dos: o lo son o acabarán estrellándose contra la pared de la realidad.
A elegir. Enrique Rojas, psiquiatra: «La sencillez de cabeza es saber lo que quieres y tener una jerarquía de valores clara». ¡Y tantos sin enterarse! Miquel Porta, escritor: «Toda sociedad demanda un mínimo moral irrenunciable». Si no lo hace, estará perdida. Agonizará sin remedio. Antonio Garrigues Walker, jurista y expolítico: «Todo el mundo tiene un poco de razón. No entiendo esa obsesión por querer tener toda la razón. Con lo deliciosa que es la duda. Creo en la duda y la incertidumbre como un camino». Buen mensaje para quienes se creen en posesión del criterio perfecto. Individuos, por cierto, muy abundantes. Miguel Milá, diseñador industrial: «Me molesta que el progreso consista en destrozar todo para volver a empezar. A mi me interesa todo lo contrario: aprovechar lo que está bien». ¿Cuántos mortales con poder son capaces de entender tal planteamiento y de obrar en consecuencia?
Rodrigo Cortés, cineasta y escritor: «Unas veces se gana y otras se aprende». Lúcido matiz. José Luis Gómez, actor y director teatral: «Hay que vivir mucho para culminar la tarea de ser persona». Sí señor. Estas palabras me recuerdan otras igual de brillantes del genial Charles Chaplin: «En la vida, todos somos aficionados. No hay tiempo para más». Ser persona es, no cabe duda, un objetivo audaz. Retador. Para valientes. Por desgracia, muchos ciudadanos concluyen su ciclo existencial sin haberlo alcanzado. José Manuel Otero Lastres, catedrático de derecho mercantil y escritor: «El hombre de hoy es más espectador de su propia vida que protagonista». ¡Enorme verdad! Carlos Saura, director de cine: «El ser humano no aprende nunca». He ahí el problema. Los hechos, tercos, a menudo dramáticos, lo confirman en cualquier circunstancia, continente y país. La actual pandemia ejerce al respecto de paradigma: un siglo después, el inteligente homo sapiens está en las mismas. ¡En las mismas! ¿Lo estarán quienes habiten el hermoso planeta Tierra dentro de cien años? Ojalá que no, pero es para dudarlo. Como sentenciara el gran Albert Einstein, «sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy tan seguro de la primera».
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