Un regionalista weberiano

Entendía de Administración Pública, de Economía y de Filosofía del Derecho. Supe desde el principio que tenía que haber leído a Max Weber. Con Rafa como presidente, compartí la vicepresidencia en la Mesa del Parlamento. Y pude constatar cuánto apreciaba el mérito personal y el trabajo como medios de valorización humana.

Como regionalista fundador del PRC junto con el presidente Revilla, era un amante apasionado por su causa, Cantabria; como conocedor del Derecho mantenía firme la ética de su responsabilidad; y como hombre bueno, la mesura en sus actuaciones lo delataban como weberiano.

Prudencia, sentido de la responsabilidad y mesura. Esas tres virtudes que Max Weber ensalzaba para los políticos vocacionales las reunía Rafa de la Sierra. Y supimos los dos, cuando hablabámos de ellas, que nos había marcado la lectura de 'El político y el científico', clarificador libro de Max Weber sobre la buena función de los que gestionamos en política lo que afecta a la vida de la gente.

La última vez que le di cordialmente la mano y un abrazo fue en un encuentro fortuito en nuestro hospital. «Estoy bien», me dijo, con ese optimismo férreo que le caracterizaba. Su cara reflejaba ya niebla gris en su brillante estrella.

Mi respeto y afecto por él y su pensamiento.