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La rellenada

Nuestras zonas rurales se distribuyen en cuatro franjas: costera, valles medios, alta montaña y los valles de Campoo

Lunes, 17 de febrero 2020, 07:15

Una parte del lamento sobre la Cantabria 'vaciada' pierde de vista por completo, en un exceso de nostalgia, los mecanismos de la historia. Dicho en los términos más sencillos, el crecimiento de la población en el medio rural desde principios del siglo XX gracias a ... avances médicos, higiénicos y alimentarios no era sostenible con aquella limitada productividad campesina. Aparte del achique en bruto que fue la contienda civil, el fenómeno más persistente resultó ser la emigración: hacia las zonas urbanas cántabras, otras españolas o directamente al extranjero (casi todas las familias tienen la experiencia de quienes fueron a Francia, Alemania…). A veces el vaciado no era de causa económica, sino cultural. El hijo de un labriego pudiente va a la universidad y se hace médico o ingeniero industrial. Ese ya no vuelve al pueblo para ponerse a ordeñar las vacas a las seis de la mañana. La riqueza agrícola no halla continuidad generacional. A esto se añade otro cambio cultural, sobre el tamaño de las familias. En general, la maternidad es más tardía y la media de hijos por mujer se reduce.

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