Reportaje de vacíos
EL ENIGMA CANTABRIA ·
De La Remonta al campo de prácticas de golf en Mataleñas, pasando por la Residencia, el área de San Martín y la propia Magdalena, la capital de los cántabros sigue invitando a la innovaciónSecciones
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EL ENIGMA CANTABRIA ·
De La Remonta al campo de prácticas de golf en Mataleñas, pasando por la Residencia, el área de San Martín y la propia Magdalena, la capital de los cántabros sigue invitando a la innovaciónNunca deja de sorprenderme, desde mi ya lejana infancia en que pude conocer los trolebuses santanderinos, los autobuses británicos que conectaban con Astillero, una plaza de Pombo donde se jugaba al balonmano, el circo Atlas de los Tonetti en la campa de la calle Vargas, ... y aquella fábrica de cervezas en la calle San Fernando, la gran cantidad de oportunidades que ofrece la capital cántabra para su desarrollo. Hagamos repaso como propuesta para una pensada civil de sábado.
Primer vacío: La Remonta. Este espacio enorme no termina de aportar valor añadido a la ciudad, ni para esparcimiento reseñable, ni para viviendas asequibles, ni para equipamientos públicos. ¿No podría ser un gran parque y una Ciudad de los Mayores, ya que vamos a terminar todos en alguna institución de ese tipo? También valdría cualquier otra cosa que generase actividad económica, como conciertos, congresos, ferias, o una franquicia de una universidad de relumbrón internacional. Es chocante lo poco que pensamos en estas praderas. En vez de La Remonta habría que llamarlo El Culebrón, porque solo aparece en época de elecciones.
Segundo vacío, y además que se puede caer en cualquier momento, o eso parece: la Residencia Cantabria. Pide a gritos, por la cercanía de Valdecilla, del Idival y de la Facultad de Medicina, un uso de docencia o investigación relacionado con lo médico y sanitario. Hubiera sido interesante tener un proyecto para darnos el gusto de quejarnos de que no «encaja» en los fondos de la Unión Europea. Pero no tenemos proyecto, así que ya nos lo denegarán en otro momento. No me parece de recibo la pasividad actual. ¿Nadie cree en el potencial cántabro de bata blanca?
Tercer vacío: el área de San Martín. Tras las actuaciones realizadas al hilo del Mundial de Vela, la situación de este espacio ya no parece defendible. Empezando por el aparcamiento del Palacio de Festivales, hoy poco justificable en esa primera línea ante la Bahía y una vez que tiene al otro lado la Colección Enaire. De ahí al Tiro es todo una gran perplejidad. A muchas ciudades les gustaría disponer de un frente marítimo con un paisaje tan envidiable e instalaciones de referencia como el Museo Marítimo del Cantábrico. Realmente la zona reclama planificación activa y mucha acción por parte de todas las administraciones, atrayendo inversión privada y pública. Cada vez que escucho un tiro, me parece un reloj de percusión que sigue marcando el tiempo que perdemos sin crear riqueza.
Cuarto vacío: la zona de La Magdalena donde un día se ubicaron los leones y después hasta osos polares. O bien se revaloriza y enriquece la idea original de crear un mini zoo (lo que tiene sus problemas, acaso no irresolubles), o bien se buscan servicios diferentes que incrementen el atractivo de esa parte de la península, cuyo poder paisajístico es por sí mismo extraordinario.
Quinto vacío, quiero decir vacío de algo mejor: el campo de prácticas de golf en la finca del antiguo camping de Mataleñas. Se suprimió una instalación que era una mina de oro para el comercio de proximidad para sustituirlo por algo donde la mayoría de usuarios simplemente aparca, practica y reembarca para irse a otra parte. Desde luego, no compran mucho en el pueblo ni se atrae a extranjeros como en otro tiempo. Es uno de los mejores emplazamientos de toda la costa de Cantabria y goza de buen acceso por transporte público. Además, se pueden perder pelotas por malos golpes en cualquier otra parte, por ejemplo en Rostrío. Me parece un espacio muy desaprovechado.
Por último, para no agotar todo en un primer abordaje, mencionaré la integración ferroviaria, que debería liberar decenas de miles de metros en favor de Castilla-Hermida y los callealteros. Aquí hemos hecho una cosa muy cántabra: que no nos convencía la primera idea y hemos convocado entonces a la segunda para cuando las ranas críen pelo. Mientras, el coste futuro sube y el espacio no se gana, es decir, pagamos el coste económico-social no de haberlo ejecutado.
Pero, sin duda, todo esto se hace en tierna solidaridad con los periodistas, para que nunca nos falte algo de lo que escribir. Como ese abandono del monumento al periodista José Estrañi en la Avenida de Reina Victoria, que para mí es prueba del algodón de (no) cariño de una ciudad por su propia historia. Un poco más al este, el vacío creado por la desmemorización histórica del pedrusco de la Brigada de Navarra. El fratricidio no se ha sustituido con la fraternidad, sino con la nada.
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