Secciones
Servicios
Destacamos
Decía Salvador Dalí que «no hay nada más monárquico que una molécula de ácido desoxirribonucleico», y añadía que «la herencia contenida en el ADN es la base y sustancia de la monarquía». Tenía su parte de razón el pintor, pero desvariaba a propósito ... para que no se le tomara en serio en la España que le tocó vivir, al afirmar que creía en la providencia divina de los reyes que habían ido bajando desde el cielo por la escalera de Jacob.
En la historia de la monarquía española hay de todo, como en las monarquías europeas, principalmente en la inglesa, donde la tradición se funde con el empecinamiento, pues no son los ingleses propicios a grandes cambios como lo demuestran en su manera de conducir y en el mantenimiento de parte de su sistema imperial de medidas. En España llama la atención el instaurado republicanismo monárquico, especialmente cuando la instauración de la monarquía vino de la mano de un monárquico sin rey, de un sindicalista sin sindicatos, de un demócrata sin partidos, vamos, de un dictador que hizo y deshizo a su manera la línea dinástica hereditaria.
Lo cierto es que en nuestra nación, país, Estado asimétrico o como cada uno quiera llamarle, constitucionalmente, por obra de los políticos de la Transición pilotados por el ahora rey emérito, entonces rey de España, está instaurada la monarquía parlamentaria donde el rey reina, pero no gobierna, por lo que los ciudadanos de a pie no entienden nada. Y en esas estamos, con una jefatura del Estado que tiene que soportar que todo un vicepresidente de Gobierno, por su cuenta y riesgo, quiera instaurar de nuevo la república cuando la gran mayoría de los españoles están, desde su republicanismo monárquico, tan contentos. Hay quienes piensan que para la monarquía española es perjudicial haber prescindido del boato de la inglesa, especialmente cuando en la Zarzuela se va ahora más de Zara que de armiño; pero los más afamados asesores de imagen opinan todo lo contrario, al tener un rey como Felipe VI, que además de ser del Atlético, le gusta el cine y se pone por las noches la serie 'Juego de Tronos', que el republicano vicepresidente un día le regalara.
Vamos, que después de tantos reyes en nuestra nación, donde a algunos es mejor que la historia los olvidara, hay quien está empecinado en que seamos una república después de que las dos existentes fracasaran, y se olvidan de la esencial función moderadora de la Corona, que tanta falta hace en esta siempre enfrentada, paradójica y daliniana república monárquica, donde se echa en falta el «¡Todo por España!» de don Juan ante su hijo Juan Carlos I.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.