Revilla juega fuera para ganar en casa
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El presidente del Ejecutivo regional y líder del PRC se vuelca en un frenesí viajero y reivindicativo para reforzar su posición de cara a las elecciones de 2023Secciones
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El presidente del Ejecutivo regional y líder del PRC se vuelca en un frenesí viajero y reivindicativo para reforzar su posición de cara a las elecciones de 2023Viernes, 5 de noviembre: Miguel Ángel Revilla viaja a Aguilar de Campoo a la inauguración de un nuevo tramo de la autovía A-73 ... con Burgos, junto a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. El sábado, 6, el presidente cántabro vuelve a Castilla para el arranque de las obras del AVE entre Amusco y Osorno. En Monzón de Campos se toma la revancha del felón 'Pepiño Blanco' que le dejó en la estacada una década atrás y un millar de regionalistas se comen un par de bueyes y ovacionan a la ministra Sánchez mucho más ruidosamente de lo que un puñado de compañeros socialistas lo habían hecho el jueves anterior en un acto de partido en Santander. Como el presidente castellano-leonés, Fernández Mañueco, ignora los dos actos de viernes y sábado, Revilla cobra más protagonismo del que le hubiera correspondido.
Regresa Revilla con el tiempo justo de hacer la maleta porque el domingo, 7, viaja a Bruselas para reclamar ante las instituciones de la UE la inclusión de Cantabria en el desarrollo del Corredor Atlántico Ferroviario hasta 2030. El día 23 estará en Galicia para el encuentro con los otros siete presidentes regionales que postulan una reforma de la financiación autonómica que prime el coste de los servicios frente al criterio de población que defienden otras regiones, menos en número pero más poderosas. En diciembre, o ya en enero, toca la Conferencia de Presidentes, que convocará Pedro Sánchez en La Palma, y hasta entonces algunos viajes a Madrid para cobrar la deuda de 22 millones de Valdecilla ganada en los tribunales y para aparecer en las televisiones nacionales.
Cualquiera que observe el frenesí viajero de Revilla albergará ya pocas dudas de que, aunque todavía no lo reconozca, está bien dispuesto a encaramarse una última vez a lo más alto del cartel regionalista en las elecciones autonómicas de 2023, siempre que hasta entonces la salud le respete.
Después de que durante el periodo más crítico de la pandemia su crédito político se tambalease, sobre todo en el conflicto de la hostelería, Revilla ahora carga la mano en la acción exterior, en hacer lo más productiva posible la reivindicación ante el Estado y la UE, pero el objetivo es más bien doméstico: ganar por segunda vez consecutiva las elecciones y gobernar con el PRC como partido mayoritario.
Está en el cálculo de Revilla y de la cúpula regionalista que las infraestructuras dependientes del Estado, entre ellas la autovía A-73 o el AVE de la Meseta que discurren por Castilla y otras en pleno territorio cántabro como el Desfiladero de la Hermida, la inversión en el Puerto y si es posible el soterramiento ferroviario de Torrelavega, avancen sustancialmente a lo largo de 2022, que es el año preelectoral, mientras van tomando aire algunos de los proyectos estrella que requieren financiación exterior, como el centro logístico de La Pasiega o el Mupac.
Mucho más incierta es la revisión para que Cantabria sea incorporada al Corredor Atlántico Ferroviario diseñado hasta 2023, mediante el tren rápido a Bilbao, además de la conexión intermodal del Puerto y la financiación del tramo Alar del Rey-Reinosa. Está por ver que los importantes apoyos recabados por Revilla en Bruselas, como los vicepresidentes de la UE Borrell y Schinas, sean suficientes para remover la posición muy conservadora de la Comisión cuando se le piden cambios imprevistos. Si 2030 está demasiado cerca y 2050 demasiado lejos, quizá 2040 sea un punto intermedio factible y aceptable por Revilla.
Los grupos de la oposición política critican al presidente por haber dejado para muy última hora el 'lobby' en la capital europea a favor del Corredor Atlántico y no les falta razón. Hasta el propio Revilla reconoce ahora que 36 años sin viajar a Bruselas, sobre todo cuando en 14 de ellos era el presidente de Cantabria, han sido demasiados porque hay que estar más donde se corta el bacalao. Algo le habrá convencido también la exquisita atención institucional y la popularidad en la calle que le ha proporcionado este viaje, además de mucho material para contar en 'El hormiguero'. Por ejemplo, la escasa impronta de la 'marca España' en Bruselas: a pesar de todos los altos y medianos funcionarios, los relevantes cargos políticos y el medio centenar de europarlamentarios de nuestro país que pululan por allí, es muy difícil encontrar vinos o aceites españoles en los restaurantes.
Mientras va y viene, Revilla otea el paisaje electoral. Al PSOE de Zuloaga, teóricamente consolidado en el liderazgo, a Ciudadanos en extinción por si puede llevarse algún pellizco de los votos naranjas, a Vox que aspira a crecer... Y naturalmente al PP, que es el principal adversario en la lucha por el poder. Todos los partidos nacionales dependen de la evolución de sus siglas en el conjunto del país, pero los candidatos también cuentan. Revilla cree, o quiere creer, que la alcaldesa de Santander, Gema Igual, puede asumir finalmente el mando en el partido, pero en las urnas se quedará para repetir en la capital y no afrontará el desafío autonómico. A Revilla se le nota que, si pudiera elegir, preferiría tener enfrente a María José Sáenz de Buruaga o a Diego Movellán.
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