Riancho en verso

Conste en acta que indicados Perfiles Cómicos nada tienen de cómicos. Dos tengo localizados. Leves y severos a la vez, de intensa gravedad testimonial. Comienza llamándole gran artista, inconmensurable Agustín, celebrando que al fin reverbere la gloria en la plata de sus canas y lamentando que si la gloria se hubiera llegado a retrasar un pelín más habría pillado al artista pasiego en la tumba fría.

Los Perfiles, en sobrio verso, son del año 1922. Cien años ha. En el primero, con fervor y pasión admirativa le nombra 'el Velázquez de los árboles', rematando sus versos con una albricia muy patriotera: «...tras de la humilde casuca... / Todo lo que es poesía / y belleza en la Tierruca, / porque la grata hora suena / de tus victorias al fin. / ¡¡hoy estás de enhorabuena, / queridísimo Agustín!».

Días después del primer Perfil, igualmente laudatorio es el siguiente: «Ya está Riancho triunfando / después de vivir pasando / de disgustos un sin fin / ¡y está el público elogiando / al genial don Agustín!». Con aires montañeses canta el versificador: «De dos perillas la historia / guardará eterna memoria. / Representan, buen lector, / la de Riancho, la gloria; / la de Basave, el valor». Fin de fiesta con sonoro trueno gordo: «Está agradecida España, / con quien la ambición se ensaña / a estas perillas sencillas. / ¡Que conste que a La Montaña, / le han venido de perillas!».

Y llegado el momento de la muerte, de la que no escapa ni el Rey ni el Papa, Nostradamus lo reseñó con un obituario merecedor de más atención en los libros y papeles locales. Donde Riancho en verso es una asignatura pendiente.