¡Qué ritmo, ministros!

Han empezado el año con fuerza: dos ministros en Cantabria en un mismo día. A este paso, récord del mundo. Ojo con el ritmo en el arranque que la prueba es muy dura y habrá repechos. Aunque se les ve preparados, con una forma física envidiable. Ahí tienen al ministro de Cultura y Deporte dando ejemplo: acto en el Palacio de Festivales, visita al Archivo Lafuente, visita al Banco de España, visita a la Neocueva y presidencia del Patronato de Altamira. Ese ritmo no lo aguanta ni Kipchoge. Y qué me dicen de su homóloga de Sanidad, no solo uno sino ¡dos días! en «esta tierra verde que aprendo a querer»: por la tarde en Liébana y, al día siguiente, en Reinosa. ¡Toma ya! Se nota el equipo y el míster. ¡Cómo controla los tiempos! Raro que él no haya venido por aquí el año pasado ¿No se habrá enfadado? Si es así, seguro que este año se le pasa y hace una visita. Sobre todo cuando le digan sus discípulos lo bien que se lo pasan por estas latitudes. Debe ser que siendo ministro te entran unas ganas infinitas de estar en Cantabria que no se puede explicar con palabras.

Y yo que pensaba que eso solo le pasaba a alguien que también fue ministro y que dejó de serlo a los dieciocho meses porque su equipo no aguantó el ritmo. Por cierto, que vuelve –no de ministro– para «servir a su país». Nada más que añadir, así que punto y aparte porque «nunca es un punto final».