Sin romerías

Ya sé que no estamos para romerías, pero al menos hay que recordar al obispo San Cipriano, patrono de la comarca. Aun sin albarcas, nos ha proporcionado un bonito día festivo, lo cual es de agradecer, pero cuesta liberar nuestra cabeza de la lamentable ... situación que vive La Inmobiliaria: increíble tanta fama televisiva por un desgraciado virus. A los niños confinados de los colegios de Santoña hubo que añadir en Cantabria el cierre del grupo José María Pereda, con algunos más, y los que inevitablemente vendrán. Son las leyes de la naturaleza, que por fortuna no son exactas. Benditas guarderías y colegios que además de socializar a nuestros hijos y nietos hacen posible «socializar» sus biologías al promocionar tanto sus defensas celulares como sus anticuerpos. Gracias a eso el día de mañana sus cuerpos serán útiles para la vida que les espera. Alcanzar una inmunidad aceptable presupone que en nuestra primera infancia debemos padecer entre unas 60-80 infecciones banales. No siempre lo son, pero hoy afortunadamente la mortalidad pediátrica en los países occidentales es muy baja. Nada de pesimismo, pero todavía el coronavirus incrementará los contagios, si bien, por ventura, concretamente en la infancia estas infecciones, en su mayoría, son más benignas y asintomáticas. Esto es importante y decisivo: los niños aunque podrán contagiarnos, van a ser también nuestra salvación y esperanza. Lo interesante es que la mortalidad no aumente, y hoy nuestra sanidad dispone de personal y medios técnicos asistenciales eficaces. Hoy es impensable la intuición de Jenner cuando inoculó la enfermedad vacuna, pues iría directamente a presidio, y en la Edad Media exigirían la hoguera. Política aparte, ¿no resulta hoy algo parecido reclamar la dimisión de la consejera de Educación, por los contagios escolares?