Sacrificios insorteables

Brendan Simms, profesor en Cambridge, cuenta en 'Europa' cómo el ministro inglés de Exteriores, Castlereagh, propuso un arreglo de Alemania para evitar que los rusos llenaran el vacío dejado por la derrota de los franceses. Los estados alemanes serían un colchón entre Francia y Rusia. El acuerdo de Viena de 1815 buscó mantener «a los británicos dentro, a los rusos fuera y a los franceses abajo».

La frontera directa entre los estados germánicos y el ruso resultó muy tensa y condujo a la doble guerra mundial. En 1920 el 'milagro del Vístula', en que los polacos derrotaron a los soviéticos, impidió otra oleada rusa hacia el centro de Europa, que no obstante se produjo después con la Segunda Guerra Mundial y originó la Guerra Fría (y salvó a Franco de rendir cuentas).

Hasta el remoto día en que Rusia se convierta en un país democrático, una frontera larga puede causar una guerra general. Ucrania es hoy aún más necesaria, precisamente porque Moscú ha provocado un rearme de Alemania y la fricción sería mayor.

Estamos haciendo ya muchos sacrificios, y quizá queden más. Si hay que llegar al 2% del PIB en defensa, varios trenes vendrán a Cantabria más tarde. Pero si Ucrania es conquistada y 'putinizada', habría que gastar un 4%. Como esto es insorteable, veamos qué podría aportar la defensa a nuestro PIB regional.